Navarro y Ledesma, Francisco (1869-1905) New!

Vida

Francisco Navarro y Ledesma (o Navarro Ledesma) nació en Madrid en 1869, aunque se crio entre Toledo, donde la familia tenía propiedades, y Madrid. Cursó la enseñanza primaria en la capital y obtuvo el título de bachillerato en Toledo en 1884. Parece ser que, a instancias de su padre, se trasladó a Madrid para cursar el año de preparatorio para acceder a la Facultad de Derecho en la Universidad Central, aunque le atraían más los estudios literarios y se matriculó en Filosofía y Letras, compatibilizando ambas carreras. A finales de 1888 se licenció en Filosofía y continuó con los estudios de Derecho que finalmente abandonó en 1891. En la Universidad entabló amistad con Ángel Ganivet que estaba cursando el doctorado en Letras y con el que mantuvo una extensa relación epistolar. En 1889 entró en contacto con Galdós y ese mismo año obtuvo el título de doctor con su tesis titulada Mariano de Larra (Fígaro). Reflexiones acerca de sus precedentes, su vida y sus obras. Vivió plenamente la vida intelectual y literaria madrileña participando en celebraciones y tertulias como la del Nuevo Café de Levante a la que asistía con Ángel Ganivet.

Navarro Ledesma se sintió muy atraído por el periodismo y en 1888 colaboraba con algunos artículos en periódicos madrileños como El Globo y El Imparcial. Ganó unas oposiciones a archivero en 1890 y fue destinado a Alcalá de Henares, aunque poco después pidió su traslado a Toledo y tras unos meses en el Archivo Histórico pasó al Museo Arqueológico donde permanecerá como director hasta 1895. Su pasión periodista le llevó a crear en Toledo El Heraldo Toledano que solo se publicó tres meses. En 1895 regresó a Madrid para dedicarse profesionalmente al periodismo. En septiembre de ese mismo año comenzó a publicarse la revista Gedeón, cuyo éxito superó el de Madrid cómico, la otra publicación satírica madrileña. Esta rivalidad desencadenó algunos incidentes con Clarín y con Valle Inclán que tuvieron cierta repercusión, lo que indica que Navarro Ledesma era un crítico escuchado y probablemente temido dada la amplia difusión de Gedeón.

En 1898 ganó una cátedra de Retórica y Poética en el instituto San Isidro de Madrid y entre 1898 y 1902 publicó siete volúmenes destinados a sus alumnos de gramática, preceptiva e historia de la literatura, así como antologías de versos. Entre dichas obras se encuentran Lecturas literarias. Libro de consejos para los alumnos de preceptiva literaria (1900), Lecciones de literatura explicadas en el Instituto de San Isidro de esta Corte (1900-1902) o Nociones de gramática práctica de la lengua castellana con cien ejercicios de composición (1901). Como el propio autor señala en la introducción de esta última, se trata de una obra eminentemente práctica dada la escasa preparación exigible a los alumnos de primer año de bachillerato. Su intención es que el libro sea un instrumento de trabajo para alumnos y profesores, lo que él llama un «libro-herramienta», puesto que desde el primer día la enseñanza de la gramática debe ser práctica y contar con ejemplos extraídos de buenos autores, ya que es preferible el ejemplo a la teoría. El libro está dividido en treinta lecciones e incluye cien ejercicios de composición castellana, siendo la práctica algo habitual desde la primera lección con continuas propuestas de ejercicios. Para Navarro Ledesma, si se sabe de forma práctica prosodia, ortografía y morfología, no solo se sabe gramática, sino que se sabe hablar y escribir bien en castellano. No duda en señalar su gratitud a las obras de Benot, Bello, Cuervo, Salvá o la Gramática de la Real Academia Española en las que se inspiró para la parte teórica de su libro, junto con otras más modernas, aunque no tan valiosas como las citadas expresamente por él.

A pesar de su labor docente, no abandonó el periodismo y siguió colaborando con el diario El Imparcial y La Revista Moderna hasta su cierre en 1899 con comentarios de actualidad y con el semanario Blanco y Negro que publicó poemas y relatos suyos. En 1905, con motivo del III Centenario de la publicación de la Primera parte de El Quijote, fue el autor del discurso de homenaje que se rindió al autor en el Ateneo de Madrid y ese mismo año publicó una biografía novelada sobre Cervantes titulada El Ingenioso Hidalgo Miguel de Cervantes Saavedra. Su prematuro fallecimiento en 1905, en pleno apogeo de su carrera, truncó sus numerosos proyectos y le impidió disfrutar de su recién ganado prestigio literario gracias al quijotismo. Tanto la prensa como los intelectuales españoles lamentaron su fallecimiento apareciendo numerosas necrológicas y homenajes póstumos.

Obra

Bibliografía

Gloria Martínez Lanzán