Son escasísimos los datos que poseemos sobre la vida de Luis de Mata y Araujo, y se reducen a los que él mismo proporciona en las portadas de sus obras. En la del Nuevo epítome de gramática castellana (2ª ed., 1819), bajo su nombre, se nos informa de que era catedrático de Latinidad, Retórica y Poética de los Caballeros Pages de S. M., y miembro y examinador de la Real Academia Latina (en la 5ª ed. de esa misma obra, 1832, consta como Real Academia Greco-Latina). Fue más tarde catedrático de Literatura en los Estudios de San Isidro de Madrid (así aparece en la 7ª ed. de la Nueva gramática latina, 1840), mencionado como catedrático de Literatura e Historia de ese centro en la ed. de 1843 de la misma obra, en la que también se presenta como director de la Academia Nacional Greco-Latina, y socio de otras literarias. En 1847 (Nuevo epítome de gramática castellana) es catedrático de Literatura y Perfección de Latín en la Universidad de Madrid. Después de todo ello, llama la atención que en la portada de la edición de la Nueva gramática latina de 1848 se presente bajo la fórmula «catedrático que fue de [...]». ¿Había dejado ya la docencia?, ¿había fallecido? Lo uno o lo otro se habría producido, pues, entre 1847 y 1848.
La obra de Mata y Araujo es ciertamente extensa, y cambiante, habiendo elaborado un manual de literatura (Lecciones elementales de literatura, aplicadas especialmente a la castellana, Imprenta de Don Norberto Llorenci, Madrid, 1839), entendida como estilística, elocuencia, retórica y poética.En sus Elementos de gramática general, Mata y Araujo se muestra innovador, al menos en las ideas que había ido exponiendo en las obras anteriores, influido por los Principios de gramática general (Imprenta Real, Madrid, 1835, y ediciones posteriores) de José Gómez Hermosilla (1771-1837), al que también critica. Esta influencia se aprecia igualmente en las ediciones posteriores del Nuevo epítome de gramática castellana, encuadrándose dentro de la corriente ideológica gramatical. Su primer acercamiento a nuestra lengua es ese Nuevo epítome de gramática castellana, de 1805, que vería una nueva edición en 1819, a la que siguieron otras más.
La gramática castellana fue adaptada al chamorro para enseñar nuestra lengua en Filipinas por el Fr. Aniceto Ibáñez del Carmen (Gramática chamorra que, traducida literalmente de la que escribió D. Luis Mata y Araujo, dedica a las escuelas de Marianas con el fin de que los niños aprendan el castellano, Imp. de Ramírez y Giraudier, Manila, 1865).
Sus textos no solamente son de descripción de nuestra lengua, sino también de la latina, de manera que antes de acometer una de sus obras más conocidas, la Nueva gramática latina, Mata y Araujo preparó una edición, la tercera en español, del Nuevo epítome de gramática latina, o Método seguro para enseñar el latín a un principiante [...], que había compuesto el fraile jerónimo portugués Diogo de Mello e Menezes (1751-1847) bajo el título original –que iba modificando en las ediciones sucesivas– de Novo epitome da grammatica latina moderna (Lisboa, 1795), traducido por vez primera a nuestra lengua en 1797 (Benito Cano, Madrid). Véase a este propósito lo expuesto en la ficha de Meneses.
También corrigió y reformó Mata y Araujo el Arte esplicado y gramático perfecto (Imprenta de Don Norberto Llorenci, Madrid, 1852) de Marcos Márquez de Medina (¿?-1716-¿?), obra que para entonces se había estampado en varias ocasiones.
Manuel Alvar Ezquerra