Carl Hermann Berendt fue un antropólogo, lingüista y mayista alemán, activo en Centroamérica durante la segunda mitad del siglo XIX. Nació en la ciudad prusiana de Danzig (hoy, Gdansk, en la costa báltica polaca), en 1817, en el seno de una familia acomodada. Siguiendo la tradición familiar, cursó Medicina en las universidades de Königsberg, Bonn y Heilderberg; al término de sus estudios, se instaló en la localidad holandesa de Rheden, donde ejerció su profesión por algunos años. Su mentalidad pangermánica lo llevó a participar en la Revolución de 1848-1849, un levantamiento que buscaba la creación de un estado nacional alemán que integrase a todos los territorios germánicos; tras el fracaso de este pronunciamiento, nuestro protagonista se vio forzado a exiliarse en los Estados Unidos, país al que arribó en 1851. Atraído por las oportunidades que las repúblicas hispanoamericanas ofrecían, se trasladó a la localidad nicaragüense de Masaya, donde vivió durante dos años y trabajó como médico, al tiempo que comenzó a interesarse por los testimonios de las culturas prehispánicas de la zona. En 1855 se instaló en Veracruz (México) y, durante siete años, se dedicó a viajar por la península de Yucatán, Chiapas y Guatemala; periplos que enriquecieron sus conocimientos sobre la cultura maya. En 1862 decidió dedicarse por completo a su pasión: el estudio de los textos lingüísticos y antropológicos de las culturas precolombinas mesoamericanas. Para ello, y gracias al dinero ganado con el ejercicio de la Medicina, compró una hacienda cafetera en Cobán (Guatemala), finca en la que residió hasta su muerte y que garantizó sus ingresos de forma permanente. Carl Hermann Berendt falleció en 1878, con 61 años, convertido en el fundador de la escuela lingüística moderna centroamericana.
El trabajo filológico del prusiano se centró en la recolección y en la copia manual de manuscritos lingüísticos con una azarosa trayectoria previa (algunos ya habían pasado por diferentes manos y habían sido copiados anteriormente o presentaban, de base, problemas de autoría), pertenecientes a diferentes lenguas amerindias de Centroamérica. Este quehacer, junto con la composición de alguna obra original a partir de extractos de aquellas, ha generado numerosos problemas y dudas respecto a la autoría original de los escritos resultantes. Muchos de esos manuscritos, previa compra por el arqueólogo estadounidense Daniel Garrison Brinton (1837-1899), se conservan en la University of Pennsylvania, así como en el Peabody Museum de la University of Harvard y en el Instituto Smithsoniano de Washington. Durante sus años en Veracruz, el alemán colaboró con muchos otros investigadores, como el norteamericano John Lloyd Stephens (1805-1852), a quien ayudó en la publicación de sus investigaciones sobre la lengua maya. Esta prolífica labor de acopio y reproducción de textos supuso la creación de un notable acervo que, desgraciadamente –debido a la generosidad de su compilador, realidad agudizada por su temprana muerte–, no permaneció unido; por este motivo, aún en la actualidad no existe una bibliografía definitiva sobre este particular. Para un retrato aproximado, consúltese: Tozzer (1921: 218-222). Por otro lado, gracias a Palabras y modismos de la lengua castellana como se habla en Nicaragua, que consta de unas 2000 entradas, Berendt es considerado el primer autor de un diccionario sobre el español de ese país. Este repertorio fue reeditado en 1992 (Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica/Academia Nicaragüense de la Lengua, Managua) por el historiador Jorge Eduardo Arellano (1946-actualidad) y el lingüista Carlos Alemán Ocampo (1941-actualidad). Además, nuestro protagonista legó a la posteridad números artículos de contenido lingüístico, publicados en revistas especializadas de México y los Estados Unidos. Pese a la relevancia de su personalidad, no es un autor muy estudiado.
Jaime Peña Arce