Maximilian Delphinus Berlitz fue un lingüista y fundador de las escuelas de idiomas de Berlitz Corporation que nació en Mühringen (Württemberg, Alemania) el 14 de abril de 1852 y murió en la ciudad de Nueva York (Estados Unidos) el 6 de abril de 1921, a la edad de 68 años. Procedente de una familia de judíos protegidos en el feudo de Mühringen, el padre de nuestro autor, Löw Berlizheimer (1799-1865), no continuó las labores comerciales de sus padres y, por el contrario, se formó en el seminario de profesores de Esslingen para ser profesor de religión. Adaptó su nombre al alemán, Leopold Berlitzheimer (con la adición de la t), lo que luego daría lugar al apellido del conocido profesor de idiomas. Leopold y su mujer, Caroline Heilbronner (1814-186?), tuvieron tres hijos, entre ellos Maximilian Delphinus Berlitz, bautizado como David Berlitzheimer, que quedaría huérfano en su adolescencia. Debido a la costumbre judía, tuvo que comenzar a trabajar como aprendiz de un oficio, por lo que se formó entre 1866 y 1868 con un relojero en Mergentheim (Alemania). Dos años después de terminar su período de aprendiz y habiendo alcanzado la mayoría de edad, al no tener contactos familiares ni recursos financieros que le permitieran seguir formándose, David viajó hasta el puerto de Bremen donde tomó el SS New York para cruzar el océano. LLegó a la ciudad de Nueva York el 30 de junio de 1870. Su primer empleo estadounidense consistió en trabajar como maquinista en el pueblo de Westerly, en estado de Rhode Island. En 1872, David Berlizheimer contrajo matrimonio y cambió su nombre a Maximilian, acortando también su apellido a Berlitz en 1874. En 1875, Berlitz comenzó a trabajar de relojero, trabajo que complementó con la impartición de clases de griego, latín y lenguas europeas en el instituto local y en tutorías privadas. La familia emigró a la ciudad de Providence en 1876, momento en el cual Berlitz adoptó Delphinus como su segundo nombre, surgiendo así la firma que emplearía en numerosas publicaciones futuras: «M. D. Berlitz». En Providence, comenzó a trabajar como profesor de francés y alemán en el Bryant & Stratton’s Commercial College, de cuyo liderazgo se hizo cargo el biólogo y escritor estadounidense William W. Warner (1920-2008), quien lo renombró como Warner Polytechnic Business College. Berlitz fue el director del departamento de idiomas, donde enseñaba según el método tradicional enfocado en la gramática y la traducción. Cuando Warner dejó la dirección de la institución, Berlitz se marchó y fundó su propia escuela en mayo de 1878, Berlitz School of Languages, que contó con más de 200 alumnos en su primer año. Fue allí donde, tras comenzar enseñando según el método tradicional de enseñanza de lenguas, y pasar después al método natural, desarrolló su «método Berlitz», caracterizado por la mayor participación del alumno y el empleo exclusivo de la lengua meta en el aula. Años después, la familia Berlitz se trasladó a Boston, donde el profesor fundó su segunda escuela en 1882, a las que se sumarían otras en Nueva York (en 1885), en Washington D. C. y en otros territorios, tanto estadounidenses como extranjeros, como por ejemplo Berlín (en 1888), o París y Londres (en 1889). Para el año de 1884, el profesor alemán reorganizó la estructura de sus negocios creando la firma Berlitz School & Co., más tarde Berlitz & Co., gracias a la que antiguos profesores y directores se convirtieron en propietarios de las escuelas locales. Berlitz obtuvo la ciudadanía estadounidense en 1885 en Boston y se mudó a Nueva York un año después, donde fue trasladada la sede principal de las escuelas Berlitz. Tras haber recorrido parte de Europa en los últimos años de la década de 1880, Berlitz viajó a la Feria Mundial de París celebrada en 1900 donde presentó su método de enseñanza ya sistematizado. Uno de sus viajes lo llevó también a enseñar inglés al emperador de Alemania y rey de Prusia, Guillermo II (1859-1941). El reconocimiento de Berlitz se extendió por Europa y se le concedieron medallas de honor del reino de España, donde Alfonso XIII (1886-1941) lo nombró Comendador de la Orden Civil de Alfonso XII; y del gobierno de Francia, donde fue nombrado Oficial de la Legión de Honor. Asimismo, su método de enseñanza fue galardonado con medallas de oro y premios de excelencia en exposiciones internacionales como las de Lille y Zúrich de 1902. La Primera Guerra Mundial (1914-1918) provocó estragos en el control y en las infraestructuras de las escuelas de Europa, por lo que Berlitz viajó al viejo continente en 1915 para ayudar en la reconstrucción de estas, lo que supuso el deterioro de su salud. Maximilian D. Berlitz continuó trabajando hasta su muerte, producida en 1921 en la ciudad de Nueva York, donde fue enterrado en el cementerio Woodlawn del distrito del Bronx.
El «método Berlitz» surgió tras una ausencia por enfermedad que obligó a Berlitz a contratar al profesor francés Nicholas Joly (¿?-¿?), quien no hablaba nada de inglés. Por indicaciones de Berlitz, Joly enseñaba su lengua materna a través de gestos, expresiones faciales y objetos, lo que logró una considerable mejora en el aprendizaje de sus alumnos tras seis semanas, que consiguieron hablar de forma semifluida, con buena pronunciación y una gramática correcta. A partir del desarrollo de este método, el profesor alemán escribió medio centenar de obras en las que sistematizaba su sistema de enseñanza y lo aplicaba a lenguas como el alemán, el checo, el francés, el holandés, el húngaro, el inglés, el italiano, el japonés, el polaco, el portugués, el ruso, etc. Para la enseñanza de español, debemos destacar cuatro obras destinadas a la instrucción sin profesor, a la explicación de su método, a la enseñanza de español comercial, y a la explicación de los significados de los verbos. En primer lugar, Berlitz publicó en 1898-1899 los dos volúmenes de su Spanish with or without a master a thorough and easy course for self-instruction or schools, manual de aprendizaje de español que compila numerosos ejercicios prácticos y prescinde en gran medida de la teoría con el objetivo de presentarle a los alumnos muestras reales de español en el menor tiempo posible. En segundo lugar, el profesor alemán dio a la luz en 1900 junto a M. Florentino Martínez (¿?-1900-¿?) la adaptación de su método al idioma español en la obra titulada Método-Berlitz para la enseñanza de idiomas modernos. Parte española (con el copyright de 1890, aunque no hemos hallado ninguna edición con esa fecha), en la que presentan un total de catorce lecciones breves, que ocupan un tercio del volumen, y una gran cantidad de ejercicios ordenados por nivel de dificultad. Completan el volumen veinticuatro lecturas, que ya aparecieron en su Spanish with or without a master, y un apéndice de correspondencia comercial y cartas de amistad. Del Método-Berlitz aparecieron varias ediciones, con la colaboración bien de M. Florentino Martínez, bien con la de Benito Collonge (¿?-1906-¿?), aunque sin modificar el interior del manual, por lo que queda en el aire el tipo de participación que tuvieron y a qué se debió el cambio.La tercera de las obras de Berlitz dedicadas al español fue destinada a la enseñanza de español con fines específicos como reza su título: El español comercial (1916). La obra se centra en la presentación y explicación del vocabulario comercial en español a lo largo de un centenar de páginas. La última de las obras en español de Maximilian Delphinus Berlitz, publicada apenas unos años antes de su muerte, se tituló Los verbos aprendidos por la conversación. Publicada en 1919, esta última obra se centró en la semántica de los verbos, que aparecen presentados como verbos regulares, irregulares y compuestos en la primera parte de la obra. La segunda parte está formada por lecturas configuradas a modo de ejercicios de huecos que deben completarse con el verbo adecuado. Las obras del profesor alemán se siguen reimprimiendo en nuestros días y el método Berlitz de enseñanza de lenguas, que ya contaba con más de 31 000 estudiantes en 1900, sigue vigente en la actualidad y está disponible en 400 academias distribuidas en más de cincuenta países.
Estela Calero Hernández