Friedrich Ludwig Christian –o Federico– Hanssen nació el 2 de agosto de 1857 en la ciudad de Moscú, posiblemente por las actividades comerciales de su padre, originario de Lübeck (Alemania). En esta ciudad cursó sus primeros estudios, simultaneando la educación reglada con clases de latín, griego y cultura clásica. En 1882 alcanzó el grado de doctor en Filosofía por la Universidad de Estrasburgo, y en 1884 obtuvo el cargo de Privatdozent en la Universidad de Leipzig. Su currículo en el continente europeo se completa cinco años después con el nombramiento como profesor extraordinario de Filología por el gobierno real de Sajonia.
Alrededor de esa misma fecha acepta el encargo del gobierno chileno de regentar la cátedra de latín y filología clásica del Instituto Pedagógico, recién creado, que daría lugar a la actual Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación de Santiago. Allí impartió clases de lingüística, griego, alemán, retórica e historia literaria, que compaginó con la docencia de latín, griego y alemán en el Instituto Nacional de Chile. Desde ambos puestos impulsó grandes reformas en las enseñanzas clásicas, consiguiendo que pasaran a formar parte de los estudios universitarios y no se limitaran al ámbito de la educación secundaria, como sucedía hasta antes de su llegada.
Presidió intermitentemente la Sociedad Científica Alemana, el Club Alemán y el Directorio del Colegio Alemán, y fundó la escuela primaria nocturna en Chile, que posteriormente se convertiría en el Liceo Nocturno y que lleva su nombre desde su fallecimiento. Su muerte acaeció el 19 de agosto de 1919, tras un largo internamiento en el Hospital Alemán de Santiago de Chile. Junto a Andrés Bello (1781-1865) y Rodolfo Lenz (1863-1938) es considerado uno de los más importantes filólogos chilenos de todos los tiempos.
Su prolija obra se publicó fundamentalmente en los Anales de la Universidad de Chile o en los Verhandlungen des deutschen wissenschaftlichen Vereins in Santiago de esta misma ciudad (Anales de la Sociedad Científica Alemana), así como en otras publicaciones europeas, como Bulletin Hispanique o Romanische Forschungen. De su producción destacan sus escritos sobre métrica y gramática histórica, que se centró en figuras como Gonzalo de Berceo o Alfonso X el Sabio («Metrische Studien zu Alfonso und Berceo», 1903; «Los alejandrinos de Alfonso X», 1912). Sirva como ejemplo también su estudio del silabeo métrico medieval, que le llevó a determinar cómo Berceo empleaba siempre el hiato y no la sinalefa, que progresivamente se irá implantando entre los poetas. En cuanto a la historiografía de la lengua, en «Elementos de fonolojía castellana» –publicado también en los Anales en 1900– expresa Hanssen que en el siglo XIII se utilizaban en la Península los siguientes dialectos: asturiano, leonés, el dialecto de Castilla la Vieja, toledano, navarro y aragonés, para concluir que la cuna de la lengua literaria de España fueron las cancillerías de Fernando III El Santo (1199-1252) y su hijo Alfonso X El Sabio (1221-1284), y que «esa lengua tuvo por base el dialecto de Toledo».
Todos estos trabajos fueron recopilados de forma póstuma por los editores de los Anales de la Universidad de Chile en los dos volúmenes de sus Estudios: métrica, gramática, historia literaria (1958). Su aporte al estudio de la lengua griega en Chile está contenido en sus artículos «Música griega», «Interpretación de la Iliada» y la traducción del Ruego de Tetis, trabajos aparecidos en los Anales de la Universidad de Chile.
Su obra más conocida, también presente en la BVFE, es Spanische Grammatik auf historischer Grundlage (1910), que fue posteriormente refundida y ampliada en una edición en español, Gramática histórica de la lengua castellana (1913). Retoma en ella el tema abordado en «Elementos de fonolojía castellana», defendiendo ahora que el dialecto de Toledo «fue elevado al rango de oficial por voluntad propia de los monarcas», si bien no estaba exento de las «injerencias del leonés: el primer período concluye con la unión de las Coronas de Castilla y Aragón». Hanssen entiende además que la herencia idiomática de los clásicos del XVI y XVII llega hasta nuestros días. Ramón Menéndez Pidal (1869-1968) haría una reformulación propia de estos pensamientos.
Consuelo del Val Zaballos