Adam Lucien fue un jurisconsulto, lingüista autodidacta y americanista francés. Nació en la ciudad de Nancy (Lorena) en el seno de una familia acomodada. Realizó los estudios de Derecho, disciplina en la que se doctoró, y –recién doctorado– fue destinado a Cayena, capital de la Guayana francesa, como juez se su corte penal; durante su estancia sudamericana Lucien comenzó a interesarse por la Lingüística, en especial por las variedades criollas de la lengua francesa. En 1859 regresó a Francia, a su ciudad natal, Nancy, como procurador general en uno de sus tribunales. Durante el resto de su vida compaginó su profesión de juez con su gran pasión: los pueblos, la historia, las lenguas y las costumbres de las diversas culturas aborígenes americanas.
Adam Lucien es considerado uno de los americanistas más importantes de la segunda mitad del siglo XIX. De hecho, fue el anfitrión del I Congreso de Americanistas celebrado en Nancy del 18 de junio al 18 de julio de 1875. Su querencia por todo lo americano, y su especial sensibilidad hacia las lenguas del continente sudamericano, lo llevaron a redactar numerosas disertaciones sobre la aclimatación de la lengua francesa en esas latitudes, al tiempo que se interesaba por diversos idiomas amerindios minoritarios rescatando material historiográfico –principalmente redactado por misioneros de la América virreinal española– que no había llegado a publicarse. Así sacó a la luz, en compañía del editor de la Bibliotheca Americana, Charles Leclerc (1843-1889), el Arte de la lengua de los indios baures de la provincia de Moxos, conforme al manuscrito original del padre Magio de la Compañía de Jesús (Maissonneuve & Cia, París, 1880) del jesuita sardo Antonio Magio (1710-¿?), rescatado en la primera mitad del siglo XIX por el viajero francés Alcides d’ Obigny (1802-1857). También basándose en las notas dejadas por este último, Lucien imprimió en solitario la obra Principes et dictionnaire de la langue yuracare ou yurujure […] (Maissonneuve, París, 1893), lengua hablada en el centro de Bolivia (departamentos de Cochabamba y Beni). Entre medias, y en compañía del también lingüista francés Julien Vinson (1843-1926 o 1927), Lucien publicó el Arte de la lengua timuquana (Maisonneuve Frères et Ch. Leclerc, París, 1886), compuesto originalmente por el misionero alcarreño Francisco Pareja, O. F. M. (¿segunda mitad del s. XVI?-1628) en 1614 sobre una de las lenguas de los aborígenes de la península de Florida. En colaboración con el filólogo galo Victor Henry (1850-1907), quien llegaría a ser catedrático de la Sorbona, publicó en 1880 un volumen colectivo sobre la lengua chiquita a partir de una serie de manuscritos, el más importante de los cuales, Arte de la lengua chiquita, es el legado por el jesuita Ignace Chomé (1696-1768), oriundo de una población próxima a la ciudad de Lille. En 1890 llevó a las prensas un trabajo sobre la lengua campa (propia de los Andes peruanos), cuyo manuscrito había sido rescatado por el mencionado Leclerc en un convento toledano en 1882, con dedicatoria póstuma a este, quien había fallecido solo un año antes.
Alexandre André Victor Henry fue un filólogo francés. Nació en la ciudad de Colmar (Alsacia) en una familia burguesa. Inicialmente, realizó los estudios de Derecho y se doctoró en esta disciplina en la Universidad de Lille, lo que le sirvió para comenzar a impartir clases (1872) de Economía política y Geografía comercial en esa misma institución y de materias humanísticas en un instituto de segunda enseñanza de una localidad cercana. Sin embrago, su interés por la Lingüística y la Filología lo llevaron a licenciarse en Letras (1880) y a doctorarse tres años después. Finalizados sus estudios, comenzó su nueva etapa en la docencia e investigación lingüística en la cercana Universidad de Douai (Norte-Paso de Calais) como asistente en el Departamento de Filología Clásica; este aprendizaje le sirvió para dar el salto a la Sorbona (1888), donde se hizo con la cátedra de Sánscrito y Gramática Comparada.
Su interés filológico abarcó ámbitos muy dispares: estudió las lenguas contemporáneas de la India para rastrear la evolución del sánscrito, disertó sobre las lenguas francesas de origen céltico (bretón…) y sobre los dialectos franco-alemanes de su región de origen, y trabajó sobre multitud de lenguas aborígenes americanas: lenguas de Groenlandia, quechua, chiquito (lengua hablada en áreas fronterizas de Brasil y Bolivia)… A este respecto, llevó a las prensas, en colaboración con el americanista Adam Lucien (1833-1918), un volumen colectivo sobre la lengua chiquita compuesto a partir de una serie de manuscritos, el más importante de los cuales, Arte de la lengua chiquita, es el legado por el jesuita Ignace Chomé (1696-1768), oriundo de una población próxima a la ciudad de Lille. También se dedicó al estudio de la Lingüística teórica y a la Filosofía del lenguaje.