Francisco Lacueva fue un gramático del siglo XIX. La portada de su Gramática filosófica de la lengua latina revela que, además, fue catedrático de clásicos latinos del Instituto de Segunda Enseñanza de Málaga.
Lacueva publicó sus Elementos de gramática general con el propósito de favorecer el estudio de las lenguas, pues creía necesario complementar los contenidos de las gramáticas particulares, como su Gramática filosófica de la lengua latina, con las nociones teóricas de una gramática general. Fue reimpresa en 1839 en Caracas, y, en 1844, se publicó una segunda edición aumentada (Egaña y Compañía, Vitoria). Lacueva siguió fielmente a Antoine Destutt de Tracy (1754-1836) en sus Élements d’idéologie, cuya segunda parte (1803) estaba dedicada a la gramática. La obra de Lacueva representó la aplicación total de las teorías de los racionalistas franceses sin el apoyo de la tradición gramatical española. Destaca su aportación a la consagración del complemento como una unidad oracional a partir de la idea de régimen y la propuesta de un sistema categorial basado en el discurso.