Joaquín Martí y Gadea fue un religioso secular, lingüista, folklorista y lexicógrafo español, activo desde mediados del siglo XIX hasta el final del segundo decenio del siglo XX. Nuestro autor vio la luz en la localidad alicantina de Balones, cercana a Alcoy, en 1837. Se desconocen todos los datos alusivos a su familia, infancia y adolescencia. En 1854, con 17 años, ingresó en el seminario provincial de Alicante, donde profesó como sacerdote. Después de su ordenación (1865) rigió diferentes parroquias: Casinos, población próxima a Liria (Valencia); Pedreguer, en la Marina Alta alicantina; Denia (Alicante); Senija, de nuevo en el interior de la Marina Alta; Anna, no lejos de Játiva (Valencia), y finalmente y desde 1879, Mistala, municipio que hoy forma parte de la conurbación de la capital valenciana; en esa parroquia permanecería durante más 40 años, hasta que lo sorprendió la muerte en 1920 (otras fuentes sostienen que, ya con una edad muy avanzada, Martí se retiró a su localidad natal, donde fallecería en esa misma fecha).
Además de como dialectólogo del valenciano, Martí y Gadea destacó –sobre todo– como lexicógrafo. En 1881 editó, sufragado por él mismo, el primer fascículo de su Novísimo diccionario general valenciano-castellano, que finalmente publicaría unificado diez años después. Este primer repertorio, monodireccional valenciano-español, se basa en el Diccionario valenciano-castellano (Imprenta de J. Ferrer Orga, Valencia, 1851), de José Escrig y Martínez (1791-1867). Existe una edición facsimilar realizada en 1992 (Cipriano Oliver Crespo, Valencia). La segunda gran obra lexicográfica de Martí, el Vocabulario valenciano-castellano en secciones, no es –según la investigación– más que un plagio del Vocabulario valenciano-castellano dividido en grupos para facilitar la memoria de las palabras en él contenidas (Imprenta de José María Ayoldi, Valencia, 1864), obra de Miquel Rosanes (¿primera mitad del s. XIX?-1864-¿finales del s. XIX?), natural de Vic (Barcelona), pero maestro durante largos años en Sueca (Valencia). El texto resultante, organizado por campos semánticos, solo incluye algunas pequeñas innovaciones, correcciones y aumentos introducidos por el alicantino. De este segundo título se realizó una edición facsimilar en 2002 (Librerías París-Valencia, Valencia). Finalmente, su Vocabulari monosilábich valencià-castellà, es una curiosa recopilación de monosílabos valencianos con información gramatical, traducción al español y, en caso de que no sea posible, una explicación en castellano de la naturaleza del referente designado. De este último texto también se realizó una edición facsimilar (Cipriano Crespo Oliver, Valencia, 1991).
Jaime Peña Arce