El presbítero doctor don Francisco Martínez Dacosta, erudito sacerdote español, nació en San Felipe de Játiva (Valencia) en 1736. Fue miembro de honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y dignidad de la catedral de Pamplona. Apasionado partidario de la Ilustración, viajó en varias ocasiones a América, por Perú y Méjico, y en 1798 fue nombrado deán de la catedral de Santafé de Bogotá. Nada más tomar posesión de este cargo realizó los planos correspondientes para la ampliación del edificio de catedralicio, como un claustro, la sacristía y dos capillas, bajo la dirección del teniente coronel de Ingenieros D. Domingo Esquiaqui, aunque no vio concluidas las obras proyectadas, pues murió repentinamente en la hacienda Cosupa, cerca de la capital, en 1794.
Francisco Martínez debía ser un buen conocedor de lenguas como prueban sus traducciones, una del francés, publicada por entregas, la Historia de las ciencias naturales (Antonio Espinosa de los Monteros, Santafé de Bogotá, 1791) de Alexandre Savérien (1720-1805), aunque en ella no consta su nombre, y otra del italiano, Fuerza de la humana fantasía (Manuel Martín, Madrid, 1787) de Ludovico Antonio Muratori (1672-1750). Igualmente, escribió una Disertación teológico-crítica sobre la edición de la Sagrada Biblia en el idioma vulgar (1794), conservada manuscrita, de la que publicó un extracto (Papel Periódico de Santafé, 201-214, 28 de agosto a 16 de octubre de 1795) en la que defiende las traducciones a las lenguas vulgares de la Biblia.
Para la BVFE interesa su Introducción al conocimiento de las Bellas Artes o Diccionario manual de pintura, escultura, arquitectura, grabado, &c. [...], considerado como el primer diccionario especializado en su materia, publicado el mismo año en que apareció el Diccionario de las nobles artes para instrucción de los aficionados, y uso de los profesores (Imprenta de D. Antonio Espinosa, Segovia, 1788) de Diego Rejón de Silva (1740-1796). Ambas obras son parecidas especialmente por su carácter didáctico. La obra del presbítero Francisco Martínez tiene pocas entradas, unas mil, pero parece más extensa por las explicaciones que da en cada artículo, en muchos casos un pequeño tratado sobre la materia en cuestión. No es tan solo un repertorio léxico, sino también un importante tratado de iconología y de simbología. Al parecer, Martínez preparaba una nueva edición de la obra para la cual había hecho copia de varios materiales selectos, cuando le sorprendió la muerte. Este diccionario influyó en varias obras, en especial en «La flora de Bogotá», dentro de La Real Expedición Botánica al Nuevo Reino de Granada (1783-1817), dirigida por el gaditano José Celestino Mutis (1732-1808), que es una de las más importantes y representativas de la iconografía botánica americana del siglo XVIII, y un referente mundial en la ilustración científica. Es probable que Mutis conociera la obra de Martínez, pues sus descripciones coinciden en forma extraordinaria con las aplicaciones observadas en la flora.
Aurora Miró Domínguez