Juan Mir y Noguera fue un erudito, filólogo y religioso jesuita nacido en Palma de Mallorca en 1840. Hermano de Miguel Mir y Noguera (1841-1912), jesuita renegado y uno de los mayores adversarios de la Compañía en el tránsito del siglo XIX al XX.
Juan se formó en Loyola (1857-1859) en Latín y Retórica y en San Marcos de León (1859-1863) en Filosofía; además dominaba a la perfección el francés y el italiano. Terminados sus estudios, desempeñó su labor docente en diversos seminarios de la orden. Entre sus alumnos destacó Enrique Almaraz Santos (1847-1922), futuro arzobispo de Sevilla y cardenal primado de España, de quien fue tutor personal. La revolución de 1868 lo forzó a huir a Francia; allí se instaló en la localidad de Vals (región de Mediodía-Pirineos) y se formó en Teología. En 1874, tras el pronunciamiento del general Martínez Campos (1831-1900), regresó a España y retomó su labor pedagógica e investigadora en colegios de la Compañía de diversas ciudades de la costa mediterránea. La muerte –tras una agria senectud marcada por la desazón producida por la actitud de su hermano– lo sorprendió en el seminario de Tortosa el 4 de septiembre de 1917.
Su labor filológica se centró, por un lado, en la elaboración de textos que abocaban por la eliminación de todos los galicismos de la lengua española y la vuelta a los usos puros –en su opinión– del Siglo de Oro, y, por otro, en la redacción de textos de carácter léxico-fraseológico. Las obras contenidas en la BVFE pertenecen al primer grupo. Con el Rebusco de voces castizas, Mir quería contribuir a engrosar el diccionario académico con una colección de voces que habían pasado desapercibidas en la redacción del Diccionario de Autoridades y que habían sido empleadas en obras que no se tuvieran en cuenta entonces, cotejándolas a la vez con la edición de 1899 del DRAE.
Jaime Peña Arce