Isidro Antonio Montiel Duarte fue un jurista y político mexicano del siglo XIX. Nació en la ciudad de Mérida (Yucatán), en 1821, durante los estertores del dominio español sobre Mesoamérica. Hijo de padre novohispano y madre cubana, quedó huérfano a temprana edad y fue recogido por un sacerdote, quien le procuró los estudios primarios en la capital yucateca y, con 16 años (en 1837), lo envió a la Ciudad de México para que completara su formación en la Universidad. Tras realizar el bachillerato, Montiel inició la carrera de Derecho en el Colegio de San Ildefonso, antiguo centro jesuítico, en el que se licenció en 1845; durante esos años aumentó sus horizontes asistiendo a la Academia de Humanidades y Bellas Letras, una de las instituciones culturales más importantes del antiguo Virreinato e incipientes Estados Unidos Mexicanos. Recién licenciado, comenzó a impartir clases en el centro en el que se había formado, primero de Latín, y después de Derecho canónico y romano; al parecer, algunas malas experiencias lo forzaron a abandonar la docencia. Inmediatamente, entró en la carrera judicial en poblaciones bajo la jurisdicción –entones– del Estado de México: fue juez en Zimapán (actual estado de Hidalgo) y en Temascaltepec. En 1847, ante la invasión estadounidense del país, el yucateco se alistó en el ejército nacional como voluntario; al término de la contienda, gracias a los méritos adquiridos, fue ascendido por el gobierno del Estado de México a su Tribunal Superior de Justicia, por lo que nuestro autor se instaló en Toluca, la capital estatal. Allí permaneció durante tres años, al término de los cuales se le ofreció un cargo en el gobierno local, puesto al que renunció por sus abiertas diferencias con el gobernador y con el líder nacional, Antonio López de Santa Anna (1794-1876); este enfrentamiento le costó su depuración, por lo que tuvo que regresar a la Ciudad de México. Sus posiciones liberales, dentro del turbulento siglo XIX mexicano, marcaron su destino: durante los periodos de gobierno conservadores fue marginado; y durante las etapas de gobiernos liberales ocupó puestos preminentes en la administración y en la academia. En 1855, triunfante la Revolución liberal de Ayutla y desterrado Santa Anna, Montiel regresó a Toluca, donde permaneció hasta 1863 y ocupó importantes responsabilidades en el gobierno y en el sistema judicial estatal; al tiempo que, como diputado nacional, comenzó a trabar relación con el entonces presidente interino, Benito Juárez (1806-1872). Ante la invasión de Maximiliano de Habsburgo (1832-1867), en 1863, el yucateco se retiró durante cuatro años a su hacienda rural; con la derrota del Segundo Imperio Mexicano (1863-1867) y la imposición de la Reforma, liderada por Juárez, Montiel alcanzó la cima de su trayectoria profesional, pues quedó convertido en uno de los juristas de referencia del nuevo régimen; situación que, debido a su enorme prestigio, pudo mantener durante el Porfirato (1876-1911). Isidro Antonio Montiel Duarte murió en la Ciudad de México, en 1892, a la edad de 71 años, rodeado de un amplio prestigio y reconocimiento.
El trabajo lexicográfico de este autor es subsidiario de su labor como cultivador de las Ciencias jurídicas. En 1872 terminó su Vocabulario de jurisprudencia, obra compuesta por unas 7000 entradas, que recoge términos legales en latín, español, francés e inglés con su significado en diversas parcelas del Derecho y en distintos códigos civiles y penales de diferentes países (España, Francia e Inglaterra), según la legislación de la época. En 2007 fue realizada una edición facsimilar de la obra.
Jaime Peña Arce