Carolus Mulerius, también conocido como Carolo Mulerio y Karl van Muller, fue un gramático neerlandés de principios del siglo XVII, hijo de Nicolaus Mulerius (1564-1630), profesor de matemáticas y medicina en la Universidad de Groninga (Países Bajos). Los únicos datos biográficos de los que disponemos se han obtenido de las dedicatorias de sus obras. Se sabe que fue secretario e intérprete y que, probablemente, fuera el maestro de algunas familias nobiliarias de la época. Por la inscripción en una lápida que, actualmente, se encuentra en la Universidad de Groninga, se cree que nació en 1601 y que falleció en 1638.
Escribió tres gramáticas de lenguas modernas en latín, todas ellas impresas en Leiden por los Elzevier: Linguae hispanicae compendiosa institutio (1630), Linguae gallicae compendiosa institutio (1634) y Linguae italicae compendiosa institutio (1631). Las dos primeras ediciones de Linguae hispanicae compendiosa institutio se publicaron en latín (1630 y 1636) y se tradujo al neerlandés en 1648 como Een korte ende ser dienstighe onderwijsinge vande Spaensche Tale, voor desen uytgegeven door den vermaerden Heer Carolus Mulerius. En nu door een Liefhebber der Spaensche Tale inde Nederduystache Sprake overgeset, en op veele plaetsen verbetert en geaugmenteert. Breve y muy proveçhoso, orden para enseñar y a prender el lenguage español, antes de agora dada por el Señor Carolus Mulerius. Y agora por un amador de la lengua español tras pasado del latín en flamenco, amejorado y augmentado en muchas partes (Isaac de la Tombe, Ámsterdam, 1648). Se cree que 6 años antes ya se había publicado la traducción que volvió a imprimirse en 1669. La versión holandesa, que amplió la latina, presentaba una tipografía de calidad inferior, y carecía de la dedicatoria y las poesías laudatorias que abrían y cerraban, respectivamente, el manual latino. No obstante, desde el punto de vista del contenido, no existen grandes diferencias entre ellas. Mulerius tomó como referencia la obra de César Oudin (¿1560?-1625) para la redacción de su gramática, que ofrecía paradigmas flexivos y derivativos exentos de explicaciones teóricas. Aunque incluyó algunas anotaciones sobre la pronunciación española y un diálogo bilingüe –en español y en latín o neerlandés, según la versión–, como muestra del uso real de la lengua, Mulerius concedió el peso de su Breve y muy proveçhoso orden a la morfología española.
Leticia González Corrales