Francisco José Orellana nació en Albuñol, en la Alpujarra granadina, en 1820, pero vivió durante mucho tiempo en Barcelona, ya que, militar de profesión, fue destinado a la ciudad condal en 1848. Desde muy pronto le interesó el desarrollo de la industria catalana, lo que se plasmó en varias obras especializadas. Además, codirigió el periódico madrileño El Bien Público, escribió artículos muy diversos, con el seudónimo de Ana Oller y realizó una monumental biografía, en tres volúmenes, del general Prim. Escribió poesía, destaca su libro Lágrimas del corazón, y novelas, sobre todo las históricas, generalmente mediocres, como las que dedicó a Juana la Loca, Cristóbal Colón o Quevedo. Dirigió la colección Los grandes poetas: joyas de la literatura universal y editó varios tomos del Teatro selecto antiguo y moderno, nacional y extranjero. Fue, además, traductor de autores como Alejandro Dumas. También se interesó por las cuestiones lingüísticas, como se muestra en su artículo «Observación sobre los diminutivos castellanos», que publicó en 1875 en el semanario filosófico Revista europea, y, muy especialmente, en el Vocabulario de disparates, cuya primera edición vio la luz en 1871, bajo el seudónimo que utilizaba en sus artículos periodísticos, como también la segunda. Sucesivamente fue recopilando nuevas voces y acepciones que consideraba incorrectas, entre las que incluía no pocos galicismos. La última edición, la 4ª, aparecida en 1891, es obra póstuma elaborada por su hijo, Emilio José Orellana, gracias a los materiales que dejó preparados su padre.
Juan Manuel García Platero