César Oudin nació en la región francesa de Bassigny hacia 1560. Fue profesor de español en su país y realizó estudios sobre lexicografía, gramática y paremiología. Fue secretario del príncipe de Condé, Enrique de Borbón (1588-1646), y sirvió a Enrique IV (1553-1610) y a Luis XIII (1601-1643) como traductor y secretario-intérprete de español, italiano y alemán. De su primer matrimonio con Marie de la Vaquerie nacieron tres hijos. El primogénito, Antoine (1595-1653), seguiría los pasos de su padre y colaboraría en la difusión de su obra. Se sabe que las retribuciones que obtenía de sus publicaciones y de sus actividades, dentro y fuera de la Corte, le permitieron llevar una vida sin estrecheces económicas. Sus posesiones en París, ciudad en la que vivió y murió en 1625, son una muestra de ello.
Oudin fue una figura destacada en la enseñanza del español en Francia durante el siglo XVII. No solo por su labor pedagógica, sino también por su proyecto editorial destinado a los estudiantes franceses de español. Su primera obra fue la Grammaire et observations de la langue espagnolle –a partir de la tercera edición pasó a titularse Grammaire espagnolle expliquée en françois–, que fue profusamente editada a lo largo del siglo XVII y traducida al latín, en 1607, y al inglés, en 1622. Otra obra que gozó del favor del público fue el Tesoro de las dos lenguas francesa y española. Para este diccionario bilingüe, tomó como modelo distintos compendios lexicográficos: desde el Vocabulario de romance en latín (Salamanca, ¿1495?) de Antonio de Nebrija (1441 o 1444-1522), hasta el Tesoro de la lengua castellana o española (Luis Sánchez, Madrid, 1611) de Sebastián de Covarrubias (1539-1613). Con el fin de mejorar y ampliar el vocabulario de los estudiantes, Oudin editó dos obras bilingües que conectaban con la realidad lingüística española del momento: los Refranes o proverbios castellanos y los Diálogos. Los Refranes fueron ampliados en las ediciones que se publicaron bajo la supervisión de Oudin, mientras que en las impresiones posteriores a su muerte –la última data de 1702– se mantuvieron fieles a las primeras ediciones. Por otro lado, los Diálogos también eran útiles para presentar la cultura española y mostrar un uso real de la lengua. La edición de 1650, a cargo de Antoine Oudin, añade un diálogo que narra el viaje que realizó Oudin en 1610 por España. En ese viaje consiguió algunos títulos de la literatura española, difíciles de encontrar en Francia, que publicó en español, para continuar con su proyecto pedagógico, o en francés, como la primera parte del Quijote –editada en 1614–, la primera traducción al francés de la obra cervantina. Aunque en la Biblioteca Nacional de España se conserva un ejemplar con fecha de 1604, no puede ser sino posterior a 1625. Los Diálogos no son originales de César Oudin, sino que los toma de los Pleasant and delightfull dialogues in spanish and english (Edm. Bollifant, Londres, 1599) de John Minsheu (1560-1627). A partir de la edición de 1622 (Pierre Billaine, París), en las impresas en Bruselas, van acompañados de una nomenclatura titulada «Nomenclátor o registro de algunas cosas curiosas y necessarias de saberse, a los estudiosos de la lengua española», que parece partir de la que Lorenzo de Robles (¿?-¿?) puso en las Advertencias y breve método, para saber leer, escrivir y pronunciar la lengua castellana (Fleury Bourriquant, París, 1615).
Leticia González Corrales