Valeriano Requejo fue un religioso, humanista, gramático y lexicógrafo español del siglo XVII. Nuestro autor nació en la comarca castellana de Tierra de Campos, en concreto, en la localidad de Cuenca de Campos (Valladolid) –gran parte de la bibliografía, por simplificación del nombre de su pueblo natal, radica erróneamente su nacimiento en la ciudad o provincia de Cuenca. Se conservan escasos datos vitales sobre este jesuita: se sabe que ingresó con 19 años (1640) en el noviciado que la Compañía poseía en la cercana población de Villagarcía de Campos, donde cursaría estudios de Latinidad, Gramática y Retórica. Una vez licenciado y ordenado sacerdote, desempeñó durante 16 años la docencia de esas mismas materias en diversos colegios de la orden: Pamplona, Segovia y en el propio noviciado de Villagarcía. Dedicó los últimos diez años de su vida al desempeño de labores sacerdotales en distintas parroquias de pueblos de León y de Castilla. El padre Requejo murió en 1686 en la localidad leonesa de Villafranca del Bierzo.
La labor filológica de este autor se centró en la creación de toda clase de manuales –gramáticas y diccionarios– destinados al aprendizaje de la lengua latina: los primeros en ver la luz fueron el Syntagma grammaticum, publicado bajo las siglas «V. R. S. I.», y el Thesaurus hispano-latino, aumento del diccionario original del también jesuita Bartolomé Bravo (1554-1607), que había sido completado previamente por Pedro de Salas, S. I. (1584-1664). Una constante dentro de la producción de Requejo será la ocultación de la autoría en sus publicaciones: bien de forma parcial, como ocurría con el Syntagma, o bien de forma total, como ocurrirá con su Compendio para saber escogidamente latín. Este último texto, y debido a su carácter anónimo, recibió a lo largo de los siglos diversos apelativos: Platiquillas de Aurelio, pues el nombre de autor bajo el que se publicó fue el de Anónimo Aurelio, también Valerio Anónimo, o Platiquillas de Villagarcía, por haberse utilizado con asiduidad en aquel colegio. El Compendio tuvo una gran repercusión en las instituciones jesuíticas de los virreinatos americanos, en especial en el de Nueva Granada, conociéndose, al menos, una edición de Cartagena de Indias (Antonio Espinosa de los Monteros, 1776), y otra de Bueno Aires (Real Imprenta de los Niños Expósitos, 1782). Una de las grandes preocupaciones del padre Requejo fue el estudio de la evolución del paradigma verbal (tiempos, modos, aspecto, formas no personales, perífrasis) entre el latín y el español, cuestión a la que dedicó tanto el mencionado Compendio como las Frases escogidas de los verbos más usuales, ambas obras publicadas por primera vez en 1669.
Jaime Peña Arce