Pedro de Salas nació en Madrid en 1585. Estudió Artes, e ingresó en el noviciado de Villagarcía de Campos (Valladolid) de la Compañía de Jesús en 1602. En 1611 era maestro de Gramática en el colegio de la Compañía en Soria. Entre 1619 y 1622 enseñó Gramática y Retórica en el de San Ambrosio de Valladolid. En este hizo profesión religiosa en 1618, y en él se desarrollaría el resto de su vida, dedicado a las actividades pastorales que se le encomendaban, y enseñando Retórica, Humanidades, y la lengua latina hasta 1652, actividad que había iniciado en 1602. Pese a su frágil salud vivió casi 80 años, muriendo en Valladolid el año 1664.
Aunque es autor de algunas obras de creación, de poética y de tema religioso, Pedro de Salas es conocido por sus dos diccionarios con el español y el latín, uno latino-español, el Thesaurus hispanolatinus (1645), y el otro español-latín, el Compendium latino hispanum (1671). Del primero de ellos se ha citado como primera edición aparecida en Valladolid en 1643, pero no se conocen ejemplares de ellas. Se trata de una revisión del repertorio del también jesuita Bartolomé Bravo (1554-1607) hecha por encargo, seguramente de la Compañía. En la tarea invirtió varios años, recogiendo palabras, expresiones y frases que faltaban en su predecesor, siendo ciertamente elevada la cantidad de unidades pluriverbales que encontramos en su interior, en buena parte procedentes del Dictionario de vocablos castellanos, aplicados a la propriedad latina (1587) de Sánchez de la Ballesta (¿?-¿?). La intervención fue de tal magnitud que podemos considerar el resultado como una obra nueva, con lo que alcanzó un gran éxito. Tuvo numerosas ediciones, incluso compitiendo con el repertorio de Bravo y con los de sus seguidores.
Al igual que Bartolomé Bravo, Salas compuso un Compendium latino hispanum como complemento del Thesaurus, y como el de Bravo, apareció de forma póstuma. Para su redacción partió también del de este, modificándolo y ampliándolo, con numerosas frases que no recogía su predecesor, además de poner dos listas de voces que no había en el otro. Es en definitiva, una obra nueva, cuyo éxito fue indiscutible, hasta el punto de ser conocido como el Calepino de Salas, por más que la segunda edición tardara veinticinco años en aparecer, mientras continuaba editándose el de Bravo; en el siglo XVIII las impresiones se siguieron, incluso con la intervención de otras manos.
Los dos repertorios de Pedro de Salas, así como los de Bartolomé Bravo, Baltasar Henríquez, S. I. (¿?-¿?) y Valeriano Requejo, S. I. (1621-1686), son los que se manejaron a lo largo de los siglos XVII y XVIII en las escuelas de la Compañía de Jesús y en otros centros docentes para la enseñanza del latín, además de constituirse en unos valiosos medios para conocer esa lengua.
Manuel Alvar Ezquerra