No son muchas las noticias que poseemos sobre la vida de Ernst August Schmid. De inquietudes intelectuales, fue escritor, traductor y conocedor de nuestra literatura. Desempeñó el cargo de recaudador de impuestos Akzessist (1782) y secretario (1794). En Weimar (Alemania) quiso crear una sociedad literaria, intento en el que fracasó por falta de acogida entre quienes podrían estar interesados, posiblemente por el alto precio de los libros, revistas y periódicos. Trabajó en la biblioteca del palacio de Weimar (Alemania), de la que fue bibliotecario desde 1805 hasta su fallecimiento en 1809. En una carta dirigida el 8 de diciembre de 1789 por el dramaturgo y poeta Friedrich Schiller (1759-1805) a la que se convertiría en su esposa casi tres meses después, Lotte, Charlotte von Lengefeld, y a la hermana de esta, Caroline, les recomienda la biblioteca de Weimar en la que trabaja un hombre aburrido, Schmid, que da clases de inglés y cree que también de italiano, quien les puede proporcionar buenos libros (Wilhelm Fielitz, Schiller und Lotte: Aus dem Brautstande, Dearbooks, Bremen, 2012, pág. 178).
Schmid es autor del primer diccionario bidireccional extenso con el alemán y el español, que se publica a caballo entre el siglo XVIII y el XIX, pues la primera parte (español-alemán) apareció en 1795, y la segunda (alemán-español) en 1805. En el prólogo, Friedrich Johann Justin Bertuch (1747-1822), autor de un libro de lecturas de español (Manual de la lengua española, Schwickert, Leipzig, 1790), cuenta que había concebido un amplio plan de publicaciones para la enseñanza de nuestra lengua del que formaría parte un diccionario manual, elaborado a partir del léxico que figuraba en los textos españoles de su manual de lecturas, pero el editor, que tenía otros planes, lo animó para que redactase un diccionario general con las dos lenguas, que no pudo acometer por su trabajo y ocupaciones. Entonces pensó en Schmid, quien para la redacción de la parte español-alemán tuvo presentes los principales diccionarios del español, el de Autoridades y los bilingües y plurilingües con el francés y el inglés, con lo que el resultado es riquísimo por el número de entradas e importante por haber puesto los equivalentes alemanes a tantas voces. La segunda parte, alemán-español, no es tan copiosa (no llega a la mitad de páginas), pues para su redacción no pudo contar con unas fuentes tan ricas.
Por otro lado, Schmid publicó una Colección de varias piezas en prosa y en verso, sacadas de los mejores autores españoles (Hoffmann, Weimar, 1805), al final de la cual puso, con paginación independiente, un vocabulario español-alemán de 126 páginas, Erklärung der in diesen Lesebuch vorkommenden Wörter.
Manuel Alvar Ezquerra
Consuelo del Val Zaballos