De influencia determinante en el pensamiento romántico alemán, Gotthilf Heinrich Schubert (von Schubert desde 1853) nació en 1780 en la ciudad sajona de Hohestein. Comenzó a cursar estudios teológicos, para cambiar en 1801 a la formación médica, a cuya praxis dedicará no obstante muy poco tiempo, ya que decide establecerse en Dresde para llevar a cabo estudios científicos de manera autónoma. Allí conocerá a Heinrich von Kleist (1777-1811), cuya compañía y amistad le llevará a consagrar el resto de su vida a la interpretación de sueños, el magnetismo y la revelación del futuro, tareas que simultaneaba con su trabajo como profesor de Historia de la Ciencia. Durante toda su vida se relacionó con muchas personalidades del ámbito artístico y cultural, como Friedrich Schelling (1775-1854) –de quien fue íntimo amigo durante décadas–, Herder (1744-1803) –de quien era discípulo–, Hegel (1770-1831), Brentano (1778-1842), los hermanos August Wilhelm (1767-1845) y Friedrich (1772-1829) von Schlegel, Jean Paul (1763-1825), Heinrich von Kleist (1777-1811), Goethe (1749-1832) o el pintor Caspar Friedrich (1774-1840). Sus teorías filosóficas sobre la naturaleza y la Historia y, sobre todo, el protagonismo de lo desconocido y lo sobrenatural en sus escritos ejercieron una influencia decisiva en las obras de coetáneos como E. T. A. Hoffmann (1776-1822), Brentano, Kleist o Richard Wagner (1813-1883), dejando su huella en el Romanticismo negro de la literatura alemana, y en escritores y pensadores posteriores, como Sigmund Freud (1856-1939) o C. G. Jung (1875-1961).
En los prefacios de los dos tomos de su Bibliotheca castellana portuguesa y provenzal expresa Schubert la voluntad que tiene de dar a conocer la primera poesía de una nación que considera de muy rica cultura, tal y como deseamos profundizar en los detalles de la infancia y adolescencia de aquellos a quienes admiramos, y reconoce que la obra no tendrá apenas difusión, ya que solo podrán apreciarla unos pocos de entre los más instruidos. El autor ve que existe una conexión sin intermediarios entre la historia del Cid y la obra de Gonzalo de Berceo y los trovadores del siglo XIV y de la primera mitad del XV, y aúna por ello en esta antología poemas de la selección del Marqués de Santillana con los comentarios del noble, extractos del Cantar de Mio Cid y del cancionero de Fernando del Castillo y poemas de Gonzalo de Berceo, entre otros, dejando constancia de su pesar por que algunas de las obras no nos hayan llegado enteras. El autor explica que ha cambiado la ortografía de los cancioneros para hacer su lectura accesible a lectores que pueden estar familiarizados con el español de su época, pero no de los tiempos en que los poemas fueron escritos. A pesar de presentarse en la lengua original, pudo tener una mayor difusión gracias a las traducciones que hizo Seckendorf de algunos extractos del Cantar de Mio Cid para el Musenalmanach, aunque nos consta que estas publicaciones fueron escasas, al igual que lo fueron las que llevó a cabo Herder de los poemas del Cid difundidos en la Bibliothèque universelle des Romans (París, 1783), obra que inspiraría la Bibliotheca de Schubert por mediación de Herder. Todos los poemas de la obra de Schubert son introducidos por una explicación exhaustiva de la sociedad del momento, incluyendo las vidas de los principales personajes históricos y santos que se mencionan. Dos pequeños vocabularios cierran sendos volúmenes e incluyen traducción al alemán, término español actualizado y consideraciones etimológicas relevantes.
Consuelo del Val Zaballos