Rosalío Serrano Reyes fue un topógrafo, pintor, músico y lexicógrafo hispano-filipino nacido en la localidad de Calungusaw, provincia de Bulacán, en el seno de una modesta familia mestiza: era hijo de padre español y madre tagala. Su padre murió durante los primeros años de su vida, por lo que, para contribuir a la economía familiar, se vio forzado a abandonar los estudios y a trabajar en varios oficios (zapatero, sombrerero, carpintero o herrero); sin embargo, su insaciable curiosidad, su tendencia autodidacta y sus ganas de aprender y realizarse lo acompañaron siempre. Ya casado, se inscribió en la Escuela Normal Superior de Maestros de Manila, culminó sus estudios y los amplió hasta formarse –simultáneamente con uno de sus hijos– como topógrafo, profesión que cultivó el resto de su vida. Rosalío Serrano Reyes fue padre del también lexicógrafo y gramático Pedro Serrano Laktaw (1853-1928).
Nuestro autor desarrolló una actividad lexicográfica no profesional que lo llevó a redactar dos obras: Diccionario de términos comunes tagalo-castellano (1854), reeditado en Binondo en 1869, y ampliado tres años después y publicado bajo el nombre de Nuevo diccionario manual español tagalo (Manila, 1872). Ambas obras estaban destinadas a hablantes de tagalo interesados en aprender español, la lengua de la administración, y contienen como novedad –y como contraste con los repertorios lexicográficos de autores religiosos– las primeras traducciones de términos relacionados con la sexualidad y sobre comportamientos reprobados moralmente y considerados tabúes, valga como ejemplo la palabra adulterio. La reedición de 1869 de su primer diccionario, al igual que el Nuevo diccionario de 1872, fueron impuestos como manuales en las escuelas filipinas por decreto del Gobierno colonial.
Jaime Peña Arce