Benito Ventué y Peralta fue ingeniero agrónomo y catedrático de agricultura del Instituto de Granada, además de secretario de un instituto de segunda enseñanza de la provincia de Granada, según la información que se nos proporciona en las portadas de sus diferentes obras. Estudioso en el ámbito de la agricultura, trabajó durante diecisiete años con el objetivo de conseguir una mejora en el cultivo del suelo granadino.
Fruto de la crisis económica en la que se encontraba Granada, la Real Sociedad Económica de Amigos del País convocó en 1880 un concurso público en el que se aportasen ideas para sobresalir de la decadencia agraria, concurso que ganó Ventué, quien abogaba por la necesidad de realizar un cambio en la metodología de trabajo de las cosechas y de los cultivos para que fueran capaces de dinamizar la producción.
Su obra, Baturrillo de paremiología, o Tratado de frases célebres, apotegmas proverbiales y refranes con aplicación a las ciencias y en especial a la agricultura, fue publicada en 1889 con la finalidad de instruir a aquellos que se dedicaban a la agricultura debido a la necesidad de un cambio para conseguir una mayor y mejor producción. En ella se incluyen, por un lado, proverbios o aforismos de carácter culto en los que se refleja el referente exacto o la fuente de extracción y, por otro, expresiones de carácter más popular como los refranes o las fábulas, que junto con ciertos consejos agrícolas constituyen el conjunto del repertorio. El fin último de su obra es poner de manifiesto la importancia de la agricultura, equiparando su valor a otras disciplinas como las ciencias o la política.
Carmen Martín Cuadrado