Poco es lo que sabemos de este Jacques Bourgoing, nacido en 1543 en la antigua provincia de Nivernais, en la Borgoña francesa, en el seno de una familia notable, los Poissons. Fue abogado del Parlamento y consejero de la Cour des Aides (administración financiera) en las décadas de 1570 y 1580, lo que lo pone muy cerca de la corte francesa. Viajó al extranjero, a «pays loingtains», como él mismo escribe en los preliminares de su obra, lo cual le permitió aprender idiomas. Tenía, al final de su vida, el plan de crear una academia de caballeros en la que la enseñanza no se hiciese en latín, sino en francés. Probablemente muriera en París antes de finalizar el siglo. A nosotros nos es conocido por De origine usu et ratione vulgarium linguae Gallicae, Italicae, & Hispanicae, un repertorio de un centenar de palabras francesas que comienzan por a- o ha- (de ahanner a alum), ordenadas según el alfabeto, pero sin tener en cuenta la h inicial. La finalidad con la que fue redactado es etimológica, siguiendo el principio de que el estado actual de las lenguas es resultado de la corrupción del hebreo. Quería explicar el origen del francés, pero poniéndolo en relación con el italiano y el español. Las etimologías son, unas veces, acertadas, pero disparatadas por lo general, ya que lo que busca Bourgoing es el parecido formal. En su interior demuestra un conocimiento profundo no solamente de las tres lenguas tratadas, sino también del hebreo y del griego.
Manuel Alvar Ezquerra