Guillermo Bennásar fue un misionero y filólogo español, activo en Filipinas durante el último cuarto del siglo XIX. La investigación maneja pocos datos sobre el periplo vital de este autor. Bennásar nació en la localidad mallorquina de Satañí, situada en el sureste de la isla, en 1845. Parece que, ya ordenado sacerdote, ingresó en la Compañía de Jesús en el monasterio zaragozano de Veruela, en 1879. Tres años después de su ordenación (1882), fue enviado a Filipinas: trabajó primero, por breves meses, en la isla de Joló, situada en el extremo meridional del archipiélago, más al sur de la isla de Mindanao; después pasó a la localidad de Tamontaca, ya en la isla de Mindanao, donde residió durante 16 años. En ese lugar se dedicó a la evangelización de la población local, de la etnia tiruray, y al estudio de su lengua. Tras la guerra hispano-estadounidense (1898) y la consecuente pérdida española de Filipinas, que se ratificó en el año 1901, el mallorquín abandonó ese territorio a finales de ese año rumbo a España; sin embargo, no alcanzaría a llegar a su tierra natal, pues falleció en altamar en julio de 1902, durante la travesía de regreso.
El trabajo filológico de Bennásar, claro exponente de las tareas de la lingüística misionera, cristalizó en dos obras –un diccionarios en dos tomos y una gramática– impresas en las planchas de Manila a comienzos del decenio de 1890. El diccionario consta de dos partes, tiruray-español y español-tiruray, cada una de ellas formada por unas 6000 entradas ordenadas alfabéticamente. La obra Observaciones gramaticales consiste en un pequeño manual, de unas 50 páginas, con diversas nociones sobre la morfología y la sintaxis de esa lengua filipina.
Jaime Peña Arce