José María Rodríguez Cáceres, conocido como José María Cáceres, nació en Zacatecoluca (El Salvador) en 1818. Las penurias económicas que sufría la familia Rodríguez Cáceres tras la muerte de su padre obligaron a José María y a su madre a trasladarse a Quezaltenango (Guatemala) en busca de nuevas oportunidades. Allí se formó con la ayuda de sus familiares maternos y, aunque comenzó los estudios de Farmacia, resolvió abandonarlos tras la muerte de uno de sus tíos para regresar a su país natal. Establecido en San Salvador (El Salvador), fundó la primera escuela de señoritas de Centroamérica (1847), de cuyo correcto funcionamiento se hizo cargo durante unos años; no obstante, no hizo carrera docente, sino administrativa. Tras sus comienzos en la Tesorería General del Estado como escribiente, fue adquiriendo mayores responsabilidades durante las décadas de 1840 y 1850 hasta ocupar los cargos de contador mayor y tesorero general, de los que fue cesado en 1859 por motivos políticos. Entre 1859 y 1861 se dedicó al comercio entre El Salvador y Guatemala, una actividad muy lucrativa que le permitió fundar el Liceo de Santo Tomás (1861), en el que impartió docencia. Entre 1866 y 1867, reapareció como diputado secretario de la Cámara de los Diputados, de la que fue presidente en 1871. Ocupó otros cargos administrativos de relevancia como el de presidente del Tribunal Superior de Cuentas, y fue reelecto en el cargo de contador mayor en 1885, que ocupó hasta su muerte, en Santa Tecla (El Salvador), en 1889.
Cáceres, en su faceta de escritor, publicó trabajos cuya diversidad temática hacen de su obra una producción heterogénea: Instrucción teórica y práctica para la teneduría de libros de la hacienda pública del Salvador por el sistema de la partida doble (Imprenta del Triunfo, Cojutepeque, 1856), Teneduría de libros mercantil (s. n., s. l., ¿1868?), cuyo contenido apareció adaptado como libro de texto en Cuestionario de contabilidad (Tipografía Salvadoreña, San Salvador, 1872 o 1873), Miscelánea de pequeñas materias (Tipografía de la Industria, Quezaltenango, 1880) y Cosmografía (s. n., San Salvador, 1881). Además, fue autor de varias obras con fines didácticos: Lecciones de aritmética (s. n., El Salvador, 1866), del que se imprimieron hasta cinco ediciones en el siglo XIX, Geografía de Centro-América (Garnier Hermanos, París, 1880), Opúsculo sobre cómputos cronológicos y eclesiásticos (D. Appleton y Compañía, Nueva York, 1882), Tratado de Álgebra (Librería Desiderio Rivera, San Salvador, 1882), Tratado especial teórico y práctico de puntuación y acentuación ortográfica y Gramática castellana. De estas dos últimas, que son de interés para la BVFE, solo hemos podido consultar la primera, ya que la Gramática castellana no se encuentra digitalizada, y el único ejemplar que hemos localizado se halla en la biblioteca del Institut de France. El Tratado especial (aparecido en 1881 o 1882, y con una edición en 1888) es un manual didáctico que aborda, exclusivamente, dos aspectos de la ortografía española, a saber, la puntuación y el acento gráfico. Presenta, por tanto, una estructura bipartita en la que el aparato teórico, apoyado en ejemplos, va seguido de ejercicios prácticos que proponen el análisis ortográfico de fragmentos de algunas obras literarias.
Leticia González Corrales