Antonio Cipriano Costa y Cuxart fue un botánico, médico y lexicógrafo aficionado español del siglo XIX. Nuestro autor nació en Valencia, en 1817, en el seno de una familia de comerciantes catalanes establecidos en la ciudad. La familia del futuro botánico regresó muy pronto a Barcelona, por lo que el joven Antonio aprendió las primeras letras en las escuelas pías de la Ciudad Condal y continuó su formación en el Seminario Conciliar de la capital catalana. En el año 1843, y tras haber cursado estudios de Agricultura y Botánica en la Junta de Comercio, obtuvo el título de licenciado en Medicina por la Universidad de Barcelona. Cuatro años después, en 1847, era ya catedrático de Botánica en esa institución académica; cargo que compaginó con los estudios de Ciencias Naturales, disciplina en la que se doctoró en 1869. A lo largo de esos más de 20 años de desempeño profesional, el valenciano ocupó la dirección del jardín botánico de la Universidad de Barcelona y fue nombrado socio de diversas entidades –como la Sociedad Barcelonesa de Amigos del País; la Real Academia de Ciencias y Artes, también en la Ciudad Condal, y, como correspondiente, de la Junta del Museo de Historia Natural de Madrid–. Con el advenimiento de la Revolución de 1868, el botánico, de fuertes convicciones conservadoras, pidió la jubilación anticipada para mantenerse al margen de los vaivenes del Sexenio Democrático (1868-1974), aunque continuó su participación en diversas sociedades científicas, como las madrileñas Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y en la Real Academia de Medicina. Tras el pronunciamiento en Sagunto (Valencia) del general Martínez Campos (1831-1900) y la restauración borbónica, representada por Alfonso XII (1857-1885), un Costa y Cuxart inscrito en el partido de Cánovas del Castillo (1828-1897) decidió dedicar a la política los años finales de su vida: desde 1875 fue concejal en el ayuntamiento de Barcelona y, posteriormente, diputado provincial por el distrito de Mataró. Antonio Cipriano Costa y Cuxart falleció en Barcelona, con 69 años, en 1886, rodeado de un amplio reconocimiento y convertido en el fundador de la escuela catalana moderna de Botánica. En la actualidad, una calle del barcelonés distrito de San Andrés lleva su nombre.
El trabajo lexicográfico de este autor es testimonial y cristalizó en un vocabulario, en español y catalán, incluido al final de su Introducción a la flora de Cataluña y catálogo razonado de las plantas observadas en esta región. Este repertorio, de unas 1000 entradas, ordenadas en tres columnas (nombre en catalán, nombre en español y nombre botánico según el sistema taxonómico de Linneo), fue ampliado en la segunda edición de la obra (Imprenta Barcelonesa, Barcelona, 1878) con un pequeño apéndice, compuesto por unas 200 entradas más. En el año 2000 se realizó una edición facsimilar de este texto (Editorial Valencia –Librerías París-Valencia–, Valencia, 2000). También incluyó otro vocabulario botánico al final de su Programa y resúmen ó Compendio de unas lecciones de botánica general para los alumnos de las facultades de ciencias.
Jaime Peña Arce