Joaquín Berdoy de Alustante fue un religioso, gramático y latinista español, activo desde finales del siglo XVIII hasta el decenio de 1820. La vida de este autor es un completo enigma; de hecho, solo nos son conocidos los escasos datos que él mismo consignó en la portada de su obra: fue lector de Teología y maestro de Humanidades en el convento franciscano de Brihuega (Guadalajara), donde, en 1815, momento en el que accedió a la cátedra, llevaba ya más de 20 años de ejercicio profesional. Al margen de estas evidencias, solo se pueden hacer especulaciones sobre otros hitos de su periplo vital: se cree que nació en la localidad alcarreña de Alustante, dentro del Señorío de Molina de Aragón, durante la segunda mitad del siglo XVIII. Cabe presuponerle formación universitaria, quizás adquirida en la Universidad de Sigüenza. No se sabe dónde, cuándo, ni con qué edad murió.
Su trabajo filológico fue subsidiario de su labor docente, y se concretó en la composición de un manual para el aprendizaje de la lengua latina y castellana. Para la redacción de esta obra, según reconoce su propio autor, fueron consultadas, a lo largo de 30 años, los estudios de más de 40 metodistas nacionales e internacionales, así como los trabajos de más de 60 filólogos; de todas esas fuentes, sobresalen los textos de Antonio de Nebrija (1441 o 1444-1522). El manual de nuestro alcarreño fue reimpreso, de nuevo, en 1831 (Imprenta de Repullés, Madrid).
Jaime Peña Arce