Rafael Bluteau fue un reconocido lexicógrafo de la lengua portuguesa de origen francés. Nació en Londres, en 1638, ya que su familia se vio obligada a exiliarse en Inglaterra. Tras pasar sus primeros años en Londres, acompañó a su madre en su regreso a Francia y allí, concretamente en París y en Reims, estudió Humanidades, Lógica y Matemáticas. Finalizó su formación, ya como teatino, en Italia y, posteriormente, regresó nuevamente a Francia, donde gozó del prestigio y reconocimiento de la corte hasta 1698, fecha en la que recibió la orden de marchar a Portugal. Aprendió rápidamente la lengua portuguesa, de la que fue firme defensor, y formó parte de la diplomacia del país cerca de 20 años. Una nueva orden lo alejó de la corte portuguesa, obligándolo a retirarse a Francia, entre 1687 y 1704, y al monasterio de Alcobaça (Portugal), más tarde (1704-1713). Tras estos años de aislamiento, Juan V de Portugal (1689-1750), a modo de compensación, ordenó la publicación de sus obras y lo nombró académico de número de la Real Academia de Historia en 1720. Falleció a la edad de 95 años en Lisboa.
La obra cumbre de Rafael Bluteau fue su proyecto lexicográfico publicado en Coimbra y Lisboa, entre 1712 y 1721, con el título de Vocabulário portuguez e latino. En el último de los ocho tomos que lo componen, que fue reeditado en Río de Janeiro en 1841, aparece el más antiguo de los diccionarios bilingües con el español y el portugués: el Diccionario castellano, y portuguez para facilitar a los curiosos la noticia de la lengua latina, con el uso del vocabulario portuguez y latino, con portada propia. Contiene más de 23 000 entradas españolas –es de carácter monodireccional español-portugués–, de las cuales 11 000, por el parecido formal y semántico, van acompañadas con un escueto Id. Estableció entradas diferentes para diminutivos y algunos aumentativos, masculinos y femeninos –aunque la diferencia de género no comporte un cambio semántico– y algunas formas verbales como las pronominales o las no personales. La organización del diccionario atiende a un doble criterio: temático y alfabético. Por otra parte, en la microestructura se observa el recurso de las perífrasis en algunas definiciones para las que Bluteau no encontró un equivalente en portugués y la falta de adscripción de las unidades léxicas a las categorías gramaticales, que caracteriza a este tipo de obras. Las diferencias léxicas más notables entre ambas lenguas se recogen también en una relación que precede al diccionario: «Tabla de palabras portuguezas remotas de la lengua castellana», portugués-español.
Leticia González Corrales