Conocemos pocos datos de la vida de Carlos Cabezón, más allá de que era funcionario público en el puerto de Valparaíso en Chile. Precisamente en el desempeño de su función como inspector se origina la vinculación de este autor con los denominados neógrafos chilenos: en 1892 publicó en el periódico La Unión de Valparaíso un documento oficial, titulado “Abiso á los qomerziantes”, en el que instaba a los vendedores a cumplir con la reglamentación de pesos y medidas por medio de un texto que utilizaba una ortografía racional; el autor recibió sonadas críticas en la prensa, cuestionando que un funcionario público escribiera con una ortografía diferente a la chilena, y el asunto supuso el origen de una nueva e intensa polémica al respecto de la ortografía que debía usarse en Chile. A partir de entonces, Carlos Cabezón formó parte activa de ese pequeño grupo de neógrafos chilenos que, a finales del XIX, abanderaron en Chile la reforma de la ortografía de la lengua influenciados por el desarrollo de la fonética como disciplina y los movimientos internacionales de reforma ortográfica.
Su propuesta de reforma, que defendía una ortografía racional que tuviera como base el fonetismo, tuvo escaso desarrollo teórico, del que dio cuenta casi exclusivamente en sus Notas sobre la reforma ortográfiqa (1892), donde presenta las bases de su proyecto de reforma bajo la influencia de autores como Bello, Lenz, Escriche y Mieg o Jimeno y Agius. Fue en la parte práctica donde la propuesta de Carlos Cabezón tuvo mayor alcance: junto a Carlos Newman, se encargó de la edición de un buen puñado de obras de diversas materias en las que aplicó de manera práctica la ortografía reformada. Al mismo tiempo, Carlos Cabezón es también autor de Neógrafos kontemporáneos: tentatiba bibliográfika (1896), una breve obra que recoge algunos pasajes relacionados con la defensa de la reforma ortográfica de parte de conocidos gramáticos o intelectuales, como Bello, Lenz, Amunátegui, Escriche y Mieg, Nebrija, Naverán, Havet, Müller, etc. Este mismo trabajo apareció editado en 1897 bajo el título de La ortografía rrazional con la adición de nuevas citas de autores contemporáneos, como Araujo, de la Barra y Cabezón, además de un apéndice final con un listado de libros, folletos y artículos publicados en Chile con ortografía racional.
Victoriano Gaviño Rodríguez