Miguel Colmeiro y Penido ha sido uno de los botánicos más conocidos que ha habido en España, aunque su figura ha sido criticada por ignorar los trabajos de campo realizados por los jóvenes botánicos, del mismo modo que ha sido denostada su gran obra, pese a la gran aportación que supone para el conocimiento de nuestras plantas. Nació en Santiago de Compostela en 1816. Realizó sus estudios de Medicina y de Ciencias Naturales en la Universidad Central de Madrid. En 1846 obtuvo la cátedra de Agricultura y Botánica de la Universidad de Barcelona. Un año más tarde ocupó la de Historia Natural de la Universidad de Sevilla, fundando en esta ciudad su Jardín Botánico. En 1857 consigue la cátedra de Organografía y Fisiología, y, más tarde, la de Fitografía en la Universidad de Madrid, de la que llegó a ser rector e 1890 a 1894. Dirigió el Jardín Botánico madrileño desde 1868 hasta su muerte (ocurrida en 1901), aunque no se le prestó la ayuda suficiente desde las instituciones públicas, por lo que vivió un periodo de postración. Fue académico de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Morales (medalla 3, desde 1860), de la Real Academia de Medicina (1872) y de la Real Academia Española, en la que ocupó el sillón C en 1893 con un discurso sobre la Influencia de las ciencias en el lenguaje y la literatura.
Entre sus obras científicas destacan los cinco volúmenes de su Enumeración y revisión de las plantas de la Península hispano-lusitana e Islas Baleares (Viuda e Hija de Fuentenebro, Madrid, 1885-1889). Para nosotros es de una relevancia singular el Diccionario de los diversos nombres vulgares de muchas plantas por la cantidad de nombres que recoge, y que constituye el tomo tercero de su Curso de botánica, que puede hallarse por separado ya que tiene portada propia, sin indicación que se trate de una parte de la otra obra. Por razones similares no puede olvidarse el Catálogo metódico de plantas observadas en Cataluña, debido a la riqueza de nombres vulgares que hay en él como equivalentes de los catalanes en la «Nomenclatura catalana de las plantas traducida al idioma castellano y al científico». Asimismo, para la historia de la Botánica es de capital importancia La botánica y los botánicos de la Península hispano-lusitana. Estudios bibliográficos y biográficos (M. Rivadeneyra, Madrid, 1858).
Aurora Miró Domínguez