Casimiro Gómez Ortega nació en Añover de Tajo (Toledo) en 1741. Realizó sus estudios en el Colegio de los Infantes de Toledo (1751-1753), en las Escuelas Pías de Lavapiés de Madrid (1753-1755) y en el Seminario de los jesuitas de Cordelles en Barcelona (1755-1757). Se doctoró en Filosofía y Medicina en la Universidad de Bolonia (1762). Para todo ello recibió el empuje y ayuda de su tío José Ortega, farmacéutico de los ejércitos reales y uno de los fundadores del Real Jardín Botánico, quien lo nombró heredero de sus bienes. Tras realizar un viaje por Italia en 1762 volvió a España, a Madrid, como consecuencia de la muerte de su tío, y ejerció como farmacéutico. Ingresó en la Real Academia de la Historia en 1770. Fue catedrático del Real Jardín Botánico de Madrid, primero interino (1771) y después por oposición (1772). Intervino activamente para que este se trasladara a su actual emplazamiento en el centro de Madrid, en el actual Paseo del Prado, en 1781. A él se debe la descripción de un considerable número de géneros y especies de plantas. Fue médico y boticario del rey, e intervino en la preparación y dirección de varias expediciones científicas. Fue un gran impulsor de la botánica española, tanto estudiando y dando a conocer la flora autóctona como la americana. Murió en Madrid en 1818.
Son numerosas sus obras de botánica, entre las que se encuentran algunas traducciones. En la Biblioteca Virtual de la Filología Española interesa porque puso al final de su Tratado del cuidado y aprovechamiento de los montes y bosques un glosario bajo el título de «Explicación de varios términos de botánica, y de agricultura; con especialidad de aquellos que tienen uso en la corta, y aprovechamiento de montes», que, en la segunda edición de la obra (Imprenta Real, Madrid, 1783), se redujo a «Explicación de varias voces usadas por algunos botánicos». Tanto la obra como el vocabulario son traducción del original francés de Henri-Louis Duhamel du Monceau (1700-1782). El vocabulario es otro intento para la creación de un léxico científico en español en el siglo XVIII, por lo que en él hay algunos neologismos. Pese a los conocimientos de nuestro erudito, no tradujo todos los términos del francés, sino únicamente 575 entradas, habiendo dejado fuera cerca de un millar.
Manuel Alvar Ezquerra