Ulpiano González Lineros fue un pedagogo, escritor y gramático colombiano, activo durante los años finales de la primera mitad del siglo XIX. La vida de este autor es bastante desconocida. Vio la luz en la pequeña localidad de San Gil (departamento de Santander, Colombia), en 1815, dentro de una familia modesta. Huérfano de padre a muy temprana edad, pudo –gracias a los desvelos de su madre y de sus hermanos mayores– formarse hasta alcanzar, en 1835, la licenciatura en Medicina. Consagró el resto de su corta vida a la docencia, pues fue profesor y director del colegio La Concordia, en Bogotá, así como a la escritura y al periodismo. Nuestro protagonista falleció prematuramente, en 1849, con solo 34 años, en la capital colombiana.
El trabajo filológico de este autor guardó siempre una estrecha relación con la docencia. Su Salvá reformado fue un intento de modernizar los textos didácticos que, sobre la gramática castellana, se usaban en las escuelas colombianas de la época: básicamente, los manuales de Araujo (¿?-1805-1847-¿?) y Urcullu (¿1790?-1852). El santandereano tuvo como teóricos de cabecera a Andrés Bello (1781-1865), a Vicente Salvá (1786-1849) y a Pedro Martínez López (1797-1867). Su obra más importante, por su trascendencia posterior, fue Observaciones curiosas sobre la lengua castellana, que sirvieron de inspiración a las Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano (Imprenta de Arnulfo M. Guarín, Bogotá, 1867-1872) de Rufino José Cuervo (1844-1911).
Jaime Peña Arce