Son pocas cosas las que sabemos de G. Hamonière (1789-¿?), de quien desconocemos hasta la fecha de su fallecimiento, pese a haber sido un prolífico autor dedicado a la enseñanza de idiomas. Por su apellido, por la lengua de sus obras, sus destinatarios, y que se publicaran en París, no es demasiado arriesgado pensar que era de origen francés. y enseñaba en Francia.
Con Le nouveau guide de la conversation daba a la luz a un manual específicamente destinado a la enseñanza del español a franceses, dividido en tres partes como se enuncia en la portada y se detalla en la «Advertencia» inicial, la primera de las cuales, el «Vocabulario español y francés», es una nomenclatura en la que los epígrafes bajo los que se presenta el léxico se ordenan alfabéticamente por la palabra más relevante de las contenidas en él, y, además, en su interior, el léxico también se ordena por el abecedario, a partir de la forma francesa. La segunda parte son unos «Diálogos sobre varios asuntos», cuarenta en total, en los que procura introducir frases y locuciones que se han fijado en el ámbito del que se habla, lo cual no quita para que la tercera parte sea una colección de «Idiotismos, expresiones familiares y refranes» de uso habitual, las tres de carácter bilingüe, en francés y en español. Esta guía tuvo dos ediciones más (en 1823 y 1835), sin cambios, salvo algunos gráficos. Inmediatamente después de la segunda edición Thomas S. Brady hizo una traducción al inglés del manual, ampliándolo (A new guide to conversation in Spanish and English; in three parts [...]. Translated from Hamonière; and enlarged by Thomas S. Brady, James Cunningham, Nueva York, 1824). El sistema utilizado por Hamonière fue ciertamente rentable, ya que desde muy pronto se aplicó a otros pares lenguas, con versiones en inglés y francés (en 1815), en portugués y francés (1817), en italiano y francés (1818), en inglés y portugués (1838) y en italiano y portugués (1840).
Su Nuevo diccionario de faltriquera con el francés y el español había sido precedido por uno francés-inglés (1816) y un año antes por otro francés-italiano (1819). Para su realización, Hamonière parte del repertorio del abad Claude-Marie Gattel (1743-1812), el Nouveau dictionnaire espagnol et françois, françois et espagnol […] (4 t., Bruyset Frères, Lyon, 1790), prescindiendo, en las dos partes de la obra, de algunas de las entradas que ponía este, añadiendo otras y desdoblando las entradas múltiples que había en su fuente, además de efectuar algunas modificaciones en el interior de los artículos. El resultado es un repertorio de unas 27 000 entradas en la primera parte (francés-español) y algo más de 38 000 en la segunda (español-francés), con numerosísimas subentradas en las dos partes, unas veces locuciones fijadas, otras expresiones multiverbales que vienen a designar objetos, partes de lo designado, etc., y otras simplemente como especificaciones del sentido, para aquilatar el equivalente en la otra lengua. Además, añadió sobre el de Gattel un diccionario mitológico e histórico y otro geográfico, ambos bidireccionales, que vienen a conferir al conjunto un valor enciclopédico. La obra tuvo una segunda edición en 1835.
Cuando Hamonière publica la Grammaire espagnole, ya había estampado una gramática rusa en francés (1817), y otra en portugués (1820), además de la inglesa de Angelo Vergani, corregida y aumentada por Hamonière (4ª ed., 1814) y la francesa para rusos (1816), todas ellas con varias ediciones. Nuestro autor se decide a escribir la gramática pese a la cantidad de ellas publicadas en Francia en los últimos veinte años. Las cuatro partes en que está dividida se dedican al alfabeto y la pronunciación, las diferentes clases de palabras, la sintaxis, y la ortografía, la puntuación y la prosodia, a las que se une un amplio apéndice con diversas cuestiones léxicas y un tratado de versificación. Con la Grammaire espagnole completaba nuestro autor un programa de textos para que los franceses aprendiesen español.
Por último, Hamonière es uno de tantos editores que hubo del Arte de hablar bien francés (publicado por vez primera en 1781) de Pierre Nicolas Chantreau (1741-1808), versión que tuvo un notable éxito, pues tras la primera salida (1829), al menos, vio nueve más en treinta años. Con el Arte ponía en mano de los españoles un instrumento para que aprendiesen francés, cuando sus otros trabajos habían ido orientados a que los franceses aprendiesen otras lenguas.
Manuel Alvar Ezquerra