Pedro Henríquez Ureña nació en 1884, en Santo Domingo (República Dominicana) y murió en 1946, en La Plata (Argentina). Fue licenciado en leyes y doctor en letras, filólogo y crítico literario.
Hizo sus estudios en la Universidad de Columbia (Nueva York). Vivió en Cuba y en la ciudad de México, en cuya universidad enseñó la lengua y la literatura españolas. Fue periodista en Washington y profesor en la Universidad de Minnesota, en Minneápolis. Desde 1924 hasta su muerte vivió en Argentina, donde trabajó en el Instituto de Filología de Buenos Aires, bajo la dirección de Amado Alonso (1896-1952). Durante el curso 1940-41 fue profesor en la Universidad de Harvard.
La labor de Henríquez Ureña ha sido decisiva para la valoración de la literatura y de la cultura sudamericanas, aunque sus ensayos (entre ellos, Seis ensayos en busca de nuestra expresión, Editorial Babel, Buenos Aires, 1928; Literary Currents in Hispanic America, Harvard University Press, Cambrige, Massachusetts, 1945; Historia de la cultura en la América hispánica, Fondo de Cultura Económica, México, 1947) contribuyeron a un mejor conocimiento de la literatura hispánica en general.
Como lingüista, Henríquez Ureña se doctoró en 1918 con un trabajo sobre la versificación irregular en la lengua castellana, aunque después se ocupó especialmente del español de América: el problema del andalucismo dialectal de América, las características del español en la zona del Mar Caribe, el español de México, el español de Santo Domingo, etc. Pero su fama la debe, sobre todo, a la Gramática castellana (1938/1939) que publicó en colaboración con Amado Alonso, y que ha tenido una gran difusión en el mundo hispanohablante, como lo prueba el gran número de ediciones que ha alcanzado. Se trata de un manual escolar originariamente dirigido a los estudiantes argentinos de la enseñanza secundaria, de gran interés pedagógico, por la importancia que se concede a los textos literarios y a los ejercicios prácticos. Esta gramática se inscribe en la corriente estructural que nace de Andrés Bello, con influencias reconocidas, además, de Rufino José Cuervo (1844-1911), la Real Academia Española, las ideas fonéticas de Tomás Navarro Tomás (1884-1979) y la lógica de Alexander Pfänder (1870-1941).
Raquel Dugo Arias
Soraya Madero Meléndez
[Traducción de M.ª Luisa Calero Vaquera, 2009]