Manuel Hurtado de Mendoza, médico y lexicógrafo aficionado español, nació en la localidad vallisoletana de Villagarcía de Campos a mediados del penúltimo decenio del siglo XVIII. La fecha exacta de su natalicio es discutida, pues hay estudiosos que hablan de 1783 y otros que lo sitúan en 1785. Sea como fuere, en lo que sí hay unanimidad es en que abandonó muy joven su solar natal para instalarse en Madrid, en cuyo Real Colegio de San Carlos se formó como médico y cirujano. De ideología liberal y afrancesada, apoyó y colaboró con el gobierno de José I Bonaparte (1768-1844, rey de España entre 1808 y 1813), por lo que al término de la Guerra de la Independencia (1808-1814) hubo de abandonar su país. Desde 1815 y hasta 1820 residió en París, ciudad en la que se doctoró en Medicina y donde entró en contacto con algunos de los médicos más reputados de la Europa de la época. De entre todas esas influencias cabe destacar la de François-Joseph-Victor Broussais (1772-1838), a quien había conocido en las campañas de España, acuñador de una particular teoría fisiopatológica –el broussismo– de extraordinaria difusión durante las primeras décadas del siglo XIX. Con el advenimiento del Trienio Liberal (1820-1823), el vallisoletano regresó a España. Asentado en Madrid, dedicó el resto de su vida a la labor asistencial, a la divulgación científica, a las traducciones de obras francesas y al periodismo especializado. No obstante, su acérrima defensa del broussismo cuando este ya había sido superado, junto con el declive de su salud, hizo los últimos 15 años de su vida (1833-1849) estuvieran marcados por una notable decadencia y un distanciamiento del mundo científico. Hurtado de Mendoza falleció en la capital de España en 1849.
El trabajo lexicográfico de este autor fue subsidiario de su desempeño como profesional e investigador de la Medicina. En este sentido, redactó al alimón con otro médico afrancesado en el exilio, Celedonio Martínez Caballero (¿?-1823-¿?), el Suplemento al Diccionario de Medicina de Antonio Ballano. Este Suplemento fue una actualización del trabajo de Ballano (¿?-1807), que había visto la luz en siete volúmenes entre 1805 y 1807. Tanto Hurtado de Mendoza como Martínez Caballero conocieron a Ballano, un médico de origen madrileño, en el exilio francés y se propusieron terminar y completar la obra iniciada por este. Tal proyecto ya había sido iniciado por otro facultativo expatriado, Tomás García Suelto (1778-1816), pero su temprana muerte le impidió finalizarlo. El Suplemento está formado por tres tomos divididos en cuatro volúmenes; los dos primeros (A-D) y (E-M) están firmados por Hurtado de Mendoza y Martínez Caballero, pero el tercer tomo (que es el que está dividido en dos volúmenes: N-Sedal y Sedante-Z) aparece solo a nombre del primero. No obstante, y pese a la coautoría de los dos primeros tomos, Celedonio Martínez solo se encargó de la redacción de 14 de los 3500 artículos de los que consta la obra. En 1840, y de nuevo en solitario, nuestro protagonista llevó a las prensas su Vocabulario médico-quirúrgico, en el que aparecen los términos incluidos en su obra anterior, pero que incluye solo su definición y etimología.
Jaime Peña Arce
Celedonio Martínez Caballero, un médico y lexicógrafo aficionado español, vivió a caballo entre los siglos XVIII y XIX. La vida de este autor es un completo enigma, pues solo conocemos de él los datos que consignó en la portada de los dos primeros tomos del Suplemento al Diccionario de Medicina de Antonio Ballano: fue socio de la Academia Médica Matritense, corresponsal de la Sociedad Médica de Emulación de París y del Liceo Médico de Londres. Los lugares y las fechas de su nacimiento y muerte nos son desconocidos, igual que la mayor parte de los acontecimientos que mediaron entre ambos sucesos. Se sabe que su ideología liberal y afrancesada lo llevó al exilio en París durante el Sexenio Absolutista (1814-1820). Allí trabó relación con otros médicos afrancesados españoles, como Manuel Hurtado de Mendoza (1783 o 1785-1849) o Tomás García Suelto (1778-1816).
Su escaso trabajo lexicográfico guardó una estrecha relación con la Medicina, ya que compuso 14 de los 3500 artículos contenidos en el Suplemento al Diccionario de Medicina de Antonio Ballano, redactado de forma mayoritaria por Manuel Hurtado de Mendoza. Martínez Caballero figura como coautor de la obra solo en los dos primeros tomos (A-D) y (E-M). El proyecto de una ampliación del diccionario de Antonio Ballano (¿?-1807), que había sido editado en siete volúmenes entre 1805 y 1807, fue iniciado por Tomás García Suelto, quien no pudo terminarlo por su temprana muerte. Ante esta situación, Hurtado de Mendoza –fundamentalmente– y nuestro protagonista –en un porcentaje residual– tomaron el relevo.
Jaime Peña Arce