Pocas noticias son las que poseemos de Venancio María de Abella, autor de un Vade-mecum filipino, una de los manuales más antiguos para enseñar y aprender el tagalo, cuya primera edición parece ser de 1868, cuando ya llevaba veinte años en Filipinas. Por sus obras hay que entender que se dedicaba a la enseñanza del español en el archipiélago, y con gran acierto, a tenor de las ediciones del Vade-mecum, de cuya primera salida no hemos logrado localizar ningún ejemplar ni una referencia exacta.
Manuel Alvar Ezquerra