Exposición Virtual | Elio Antonio de Nebrija
Biblioteca Virtual de la Filología Española
(19 de abril de 2022)
Comisarios de la exposición: M.ª Ángeles García Aranda (coordinadora), Estela Calero Hernández, Auxiliadora Castillo Carballo, M.ª Carmen Cazorla Vivas, Juan Manuel García Platero, Nerea Fernández de Gobeo Díaz de Durana, Leticia González Corrales, Jaime Peña Arce y José Luis Ramírez Luengo.
Edición para web: Stílogo.
Presentación: "Antonio de Nebrija, virtual: homenaje de la BVFE en el quinto centenario de su muerte"
La Biblioteca Virtual de la Filología Española quiere rendir homenaje en el quinto centenario de su muerte a Elio Antonio de Nebrija (1441 o 1444-1522), “uno de los más altos representantes de lo que supone la introducción del Humanismo en España […] y que ha perdurado hasta nuestros días”.
La BVFE alberga más de 320 obras del sevillano que van de las Dictiones quae per arte sparguntur de 1481 (Salamanca, Alonso de Porras, Biblioteca Nacional de España, Madrid, INC/2652) a la edición de 2004 de las Introducciones latinas contrapuesto el romance al latín (1486) que ha realizado la Universidad de Düsseldorf. La obra de Nebrija, debelador de la barbarie introducida por los maestros de latinidad, incluye gramáticas del latín y del español, diccionarios y repertorios lexicográficos y ortografías.
La BVFE atesora ejemplares de las Introductiones latinae, compuestas para restaurar el buen latín en las aulas y modelo para la descripción de las lenguas amerindias y filipinas, y de sus diferentes revisiones y redacciones (recognitio); de la Gramática castellana, primera gramática de una lengua moderna que, para dignificar nuestra lengua, pretende fijar sus reglas; del Diccionario latino-español (28 000 entradas), referente para los autores posteriores por su renovación lexicográfica; del Vocabulario español-latín (22 500 entradas), primer diccionario con entradas en una lengua moderna y, como aquel, caracterizado por su modernidad, por la supresión de informaciones accesorias y por la homogeneidad formal de entradas y artículos; del repertorio temático llamado “Lexicon seu parvum vocabularium” y que es la primera nomenclatura del español; de algunas de las repetitio; del vocabulario sobre cosmografía “De vocabulis quibus cosmographi utuntur”; del vocabulario médico del Dioscórides “Lexicon illorum vocum quae ad medicamentariam artem pertinerent”, recopilaciones elaboradas para que médicos, juristas y teólogos pudieran interpretar adecuadamente las obras del pasado y que formaban parte de su proyecto de un gran repertorio léxico que no vio la luz de forma conjunta; de sus textos sobre ortografía y hasta un manuscrito sobre unos Papeles referentes al expediente sobre el real privilegio adquirido por el Hospital General de Madrid, para imprimir y vender el Arte de gramática latina del maestro Antonio de Nebrija y arrendamiento de dicho privilegio a favor de la Compañía de Impresores y Libreros del reino (1766-1866).
No extraña que una obra tan vasta e importante fuera publicada en la casi totalidad de imprentas españolas y extranjeras (Salamanca, Venecia, Zamora, Burgos, Alcalá de Henares, Granada, Zaragoza, Limoges, Colonia, Amberes, Antequera, París, Sevilla, Logroño, Barcelona, Lyon, Pamplona, Madrid, Valencia), y por los más afamados impresores (Arnao Guillén de Brocar, Jorge Coci, Alonso y Juan de Porras, Fadrique de Basilea, Jean Cleyn, Jacobo Cromberger, Miguel de Eguía, Juan Varela, Sancho y Sebastián Nebrija, Pedro Barnuz, Diego Hernández).
Además de textos originales de Nebrija, corregidos y enmendados por él mismo, la BVFE recoge numerosos textos versionados, una vez fallecido el sevillano, por otros muchos autores (Gregorio Mayans y Siscar, Jerónimo Martín Caro y Cejudo, Juan González de Dios, Lucas Espinosa, Juan José Sáenz de Tejada, Agustín de San Juan Bautista, Julián Viana Razola, Joaquín Berdoy, Juan Manuel de León, Juan Francisco Pastor, Antonio Cerezo, Pedro de Salas), lo que pone de manifiesto la trascendencia, el interés y el valor que a lo largo del tiempo ha tenido Antonio de Nebrija.
Desde la BVFE queremos rendir este año un reconocimiento a la figura de Antonio de Nebrija a través de una exposición virtual que reúne algunas de sus obras. Con el objetivo de mostrar la importancia de Antonio de Nebrija para la historia de la lingüística no solo en su época sino también en los siglos posteriores, y no solo en España sino también en el resto del mundo, hemos escogido algunas obras nebrisenses, algunas obras de la lingüística misionera (pues sus Introductiones latinae fueron un referente para la descripción de algunas lenguas amerindias y filipinas), algunas versiones y adaptaciones realizadas en los siglos XVIII y XIX y algunos textos lexicográficos europeos (ya que fue una fuente para los repertorios lexicográficos con el francés, con el inglés y con otras muchas lenguas modernas).
Referencias bibliográficas
García Aranda, M.ª Ángeles y Jaime Peña Arce: «La Biblioteca Virtual de la Filología Española: de Antonio de Nebrija a Antonio de Nebrija», en José María Santos Rovira (ed.), Raíces y horizontes del español. Perspectivas dialectales, históricas y sociolingüísticas, Lugo, Axac, 2019, pp. 119-135.
Biobibliografía de Elio Antonio de Nebrija
“leyese lo que él quisiese, y si no quisiese leer, que no leyese; y que esto no lo mandaba dar porque trabajase, sino por pagarle lo que le debía España” (palabras que el cardenal Cisneros incluyó en su contrato al concederle la cátedra de retórica en la Universidad de Alcalá)
Vida
Antonio Martínez de Cala y Jarana, universalmente conocido como Antonio de Nebrija (1441 o 1444-1522), nació en Lebrija (Sevilla). A los 15 años se marchó a Salamanca a realizar estudios superiores y a los 19 años se fue a Bolonia (Italia) buscando los nuevos métodos y la restitución del latín.
En 1475 ingresa en la Universidad de Salamanca (primero como lector de Elocuencia y Poesía y más tarde como catedrático de prima de Gramática) con el objetivo de debelar la barbarie que los maestros de latinidad habían introducido en España. En este contexto y con el fin de terminar con una enseñanza del latín que no compartía, redacta las Introductiones latinae (1481) y, unos años más tarde, acepta el encargo de traducirlas al castellano que, a través de Fr. Hernando de Talavera (1428-1507), le hace Isabel la Católica (1451-1504). Sus problemas económicos y el escaso tiempo que le dejan las tareas docentes, lo llevan a dejar la universidad y a entrar al servicio de Juan de Zúñiga (1459-1504), último maestre de la Orden de Alcántara, arzobispo de Sevilla y gran mecenas. Se inicia así la que será, seguramente, la etapa más fructífera de su vida, pues durante estos años se imprimen sus dos diccionarios hispano-latinos y su gramática castellana. A comienzos de la nueva centuria, el cardenal Cisneros (1436-1517) cuenta con Nebrija para la elaboración de la Biblia políglota y, aunque el proyecto le resulta atractivo inicialmente, pronto surgen los problemas con la versión traducida del texto religioso y Nebrija abandona el proyecto. En 1505 vuelve a opositar a la misma cátedra y regresa a la Universidad de Salamanca, pero, cuatro años después, cansado y decepcionado por diferentes razones, abandona sus labores docentes y la Universidad declara vacante su cátedra. Vuelve a opositar a la cátedra de Retórica en la misma universidad en 1509, pero el ambiente que encuentra es poco favorable: Nebrija consideraba que ni gramáticos, ni juristas, ni teólogos, ni historiadores, ni médicos entendían la lengua en que estaban compuestos los textos con que habitualmente trabajaban, razones por las que se ganó numerosos enemigos. La venganza de estos se consumó en 1513, año en el que Nebrija se presenta a la cátedra de prima de Gramática que gana el bachiller García del Castillo. Desencantado y triste, se vuelve a Sevilla.
En 1514, el cardenal Cisneros le concede la cátedra de Retórica de la Universidad de Alcalá, en reconocimiento a su trabajo y en agradecimiento a la labor que había realizado por su país. Durante los años siguientes y en colaboración con el impresor Arnao Guillén de Brocar, publicó las Reglas de orthographía en la lengua castellana (1517), las Pueriles introductiones y preparó una edición corregida de las Introductiones (1523). Murió en Alcalá el 2 de julio de 1522.
Referencias y recursos
Biografía de Elio Antonio de Nebrija adaptada de la redactada por Manuel Alvar Ezquerra para la BVFE
Obra latina
Introductiones latinae
Antonio de Nebrija, debelador de la barbarie, compuso una gramática latina con el objetivo de restaurar el buen latín. La obra se llamó Introductiones latinae y apareció por primera vez en 1481 ([Alonso de Porras], Salamanca). En 1487 aparecen las Introduciones latinas [...] contrapuesto el romance al latín (Antón de Centenera, Zamora); en 1495 se publica una nueva edición revisada por Nebrija y conocida con el nombre de Recognitio ([Juan de Porras], Salamanca); un años después, aparece la versión definitiva de la obra ([Fadrique de Basilea], [Burgos]) y en 1523 las Introductiones in latinam grammaticen (Arnao Guillén de Brocar, Alcalá de Henares), última edición que pudo corregir Nebrija antes de morir.
La obra es una reacción al método pedagógico medieval de enseñanza de latín, basado en el aprendizaje memorístico de reglas gramaticales en verso que el alumno no comprendía. Nebrija, tomando como punto de partida a Quintiliano, Prisciano, Donato o Valla, confecciona una gramática latina en donde los contenidos están adaptados a sus alumnos, simplificados y presentados de forma clara.
El éxito de las Introductiones fue enorme, se publicaron una y otra vez y llegaron a convertirse en el manual oficial de las universidades españolas. Así, el Consejo de Castilla de 1598, las Cortes de Aragón en 1622 y en Cataluña en 1623 tuvieron que tomar medidas sobre el uso de un único manual de enseñanza en los diferentes centros de estudio, ya que el Antonio, como llegó a conocerse, había sufrido numerosas modificaciones, y muchos eran los profesores y gramáticos que se aprovechaban del nombre del sevillano para publicar sus propios compendios.
La BVFE alberga numerosas ediciones de la gramática latina: la primera, la edición de Salamanca ([Alonso de Porras]) de 1481; la última, una Gramática latina escrita por Antonio de Nebrija. Novísima edición corregida y aumentada, y puesta en relación con la gramática castellana para facilitar el conocimiento del latín (Imprenta de J. M. Jurado, Morelia) de 1904.
Lexicon seu parvum
El “Lexicon parvum vocabularium” de Antonio de Nebrija apareció por primera vez en 1493 en la edición de las Introductiones latinae impresa por Fadrique de Basilea en Burgos. Se trata del primer repertorio léxico temático o por ámbitos designativos en que aparece el español, esto es, la primera nomenclatura. Las unidades léxicas se agrupan en relaciones de parentesco, partes exteriores e interiores del cuerpo humano, profesiones y oficios, edificios públicos y privados, adornos de hombres y mujeres, comidas y alimentos y mobiliario de una casa (especialmente vocabulario relativo al dormitorio y a la cocina).
Aunque las Introductiones latinae conocieron multitud de reimpresiones y reediciones, no en todas se encuentra el “Lexicon”: las ediciones publicadas en Barcelona-Valencia, Lyon-Venecia, Burgos y Zaragoza contienen el léxico temático, mientras que en las ediciones que se realizan en Logroño, Alcalá de Henares, Granada o Antequera no lo incluyen. Por otro lado, las diferentes ediciones del “Lexicon” están redactadas en distintas lenguas y encontramos versiones monolingües en latín (ediciones hechas en Lyon y en Venecia), versiones bilingües latín-castellano (ediciones hechas en Zaragoza y Burgos) y versiones latín-catalán (ediciones hechas en Barcelona y Valencia). Ello se explica por la zona geográfica en que era válido el privilegio dado a los impresores, pues, mientras que en las ediciones hechas en la Corona de Castilla solía aparecer “in Hispania excudat aut vendat”, en las de la Corona de Aragón aparece “los nostres regnes y senyories de la corona de Aragó”.
La BVFE contiene ejemplares de la edición de Burgos, Fadrique de Basilea, 1493 (British Library, Londres, IA.53231, 2.ª ed., es la reproducción de una fotocopia), de la edición de Zaragoza, Pedro Bernuz, 1549 (Universidad de Valencia, Biblioteca Histórica, Valencia, BH R-1/192), de la edición de Zaragoza, Juana Millán, viuda de Diego Hernández, 1550 (Universidad de Valencia, Biblioteca Histórica, Valencia, BH R-1/207), de la edición de Zaragoza, Pedro Bernuz, 1565 (en el colofón 1563, Biblioteca Pública del Estado, Huesca, B-5-902) y de la edición de Barcelona, Iacobi Cendrat, 1590 (Biblioteca de Catalunya, Depósito de Reserva, Barcelona, Bon. 10-I-14).
Repertorios lexicográficos
El objetivo lexicográfico de Antonio de Nebrija era componer un Thesaurus Linguæ Latinæ, un gran repertorio léxico que incluyera, entre otros, los dos diccionarios de lengua y un gran diccionario latino con las voces de Derecho, Medicina y Teología. El proyecto no vio la luz tal y como quería Nebrija, esto es, de manera conjunta, pues se vio en la obligación de publicar los repertorios de manera independiente.
En 1492 aparece el Lexicon hoc est Dictionarium ex sermone latino in hispaniensem o Diccionario latino-español ([Juan de Porras], Salamanca), con 28 000 entradas, y, muy probablemente en 1495, se publica Dictionarium ex hispaniensi in latinum sermonem o Vocabulario español-latín ([Juan de Porras], Salamanca), con 22 500 entradas, repertorios en los que Nebrija, siempre innovador y renovador, suprime la estructura medieval del artículo lexicográfico, agrupa las acepciones bajo una misma entrada, incluye neologismos (latinismos no medievales en muchas ocasiones) y voces diatópicas (andalucismos, por ejemplo), elimina formas latinas y suprime información innecesaria de carácter enciclopédico. En 1503 aparece la primera edición de ambos repertorios (Estanislao Polono y Jacobo Komberger, Sevilla, 1503), volumen que conocerá a lo largo de los siglos siguientes numerosas versiones, muchas veces enmendadas y ampliadas. Además de estas compilaciones, Antonio de Nebrija compuso y publicó un “Iuris civilis lexicon” y “Latina vocabula ex jure civili in voces hispanienses interpretata” ([Juan Porras], Salamanca, 1506), repertorios con los términos de derecho; un “Lexicon illorum vocum quae ad medicamentariam artem pertinerent” en Pedacij Dioscoridis anazarbei de medicinali materia libri quinque (Arnao Guillén de Brocar, Alcalá de Henares, 1518) sobre léxico médico; un glosario especializado en latín llamado “De mensuris” en la Repetitio sexta ([Juan de Porras], [Salamanca], 1510); un “De vocabulis quibus cosmographi utuntur” en In cosmographiae libros introductorium (s. i., [Salamanca], [1499]) o una breve colección de voces con el título “Dictiones quae per artem sparguntur” y que se encuentran al final de muchas ediciones de sus Introductiones latinae.
En la BVFE pueden consultarse más de ciento cincuenta registros que dan acceso a los repertorios lexicográficos de Antonio de Nebrija: “Dictiones quae per arte sparguntur”, De uocabulis quibus cosmographi utuntur, Lexicon ex sermone latino in hispaniensem, Dictionarium ex hispaniensi in latinum sermonem, Iuris ciuilis lexicon, Repetitio sexta. De mensuris, Repetitio septima. De ponderibus…
Referencias y recursos
Obra castellana
En la actualidad, Antonio de Nebrija es conocido (y reconocido) por ser el primer gramático que centró su atención en la descripción de una lengua románica. Gracias a su desvelo, el castellano o español quedó convertido en el primer vernáculo del latín que contó con un estudio descriptivo propio, emancipado ya de la lengua madre. La fecha de aparición de esta obra coincidió con otros hechos históricos de enorme relevancia, como fueron el final de la Reconquista o el descubrimiento de América, con lo que 1492 quedó convertido en el gran annus mirabilis de la historia y de la cultura españolas.
La publicación de esta obra y de su continuación, las Reglas de orthographía de la lengua castellana, que vieron la luz 25 años después, tuvo una acogida más bien fría en su época. La propia reina Isabel, a quien el sevillano dedicó su trabajo original, llegó a cuestionar la valía de tales esfuerzos. Otra prueba del escaso interés que despertaron los estudios de Nebrija sobre el español la encontramos en la misma apariencia de esas obras, producto de una edición barata y carente de cualquier tipo de ornamento.
No fue hasta el siglo XVIII cuando comenzó a valorarse el quehacer nebrisense en pro de la descripción del vernáculo castellano. En una fecha por determinar de mediados de esa centuria, salió de las prensas una enigmática edición contrahecha de la Gramática castellana, de cuya impresión se ha considerado responsable a Francisco Miguel de Goyeneche y Balanzá (1705-1762), I conde de Saceda. Por su parte, el eminente filólogo valenciano Gregorio Mayans y Ciscar (1699-1781) se había encargado ya de la reedición de las Reglas de orthographía, que volvieron a ver la luz en 1735.
No obstante, la difusión y el estudio de la descripción de las reglas del español realizada por el andaluz sufrió un nuevo periodo de letargo, que no terminó hasta el advenimiento del siglo XX. En 1909 se reeditó su Gramática castellana, con un estudio introductorio del célebre romanista sueco Emanuel Walberg (1873-1951). Así dio comienzo una larga serie de ediciones comentadas durante todo el siglo pasado que otorgaron, por fin, el lugar que le correspondía al trabajo de nuestro protagonista.
Referencias y recursos
La BVFE contiene varios ejemplares de las reimpresiones posteriores de la obra castellana de Nebrija:
a1) Reimpresión de la Gramática durante la Ilustración
a2) Reimpresión de la Gramática de 1909
a3) Reimpresiones de la Gramática durante el siglo XX
b) Reimpresión de las Reglas de ortografía durante la Ilustración
Lingüística misionera
Aparte de la indudable huella en la tradición gramatical y lexicográfica del español, la obra de Nebrija también dejó su impronta en las artes y los vocabularios de las lenguas indígenas de las colonias españolas. Su influencia alcanzó el territorio americano poco después de que se iniciara el periodo de conquista y la consiguiente ampliación de la geografía española, pues sus publicaciones servirían para codificar las lenguas de los nuevos dominios del imperio español, cuya normalización respondía a intereses religiosos.
La estela de Nebrija se puede observar en los repertorios léxicos que fueron elaborados por estos misioneros, quienes utilizaron como fuente la obra lexicográfica del lingüista lebrijano. Es el caso del Vocabulario de la lengua general de todo el Peru llamada lengua Qquichua, o del Inca […], un diccionario bilingüe en dos direcciones (quechua-castellano y castellano-quechua) compuesto por el cacereño Diego González Holguín (1533-1617). Aunque este jesuita incorporó información original en su repertorio, para su elaboración se sirvió de los diccionarios con la lengua quechua precedentes, así como del Vocabulario español-latino de Nebrija. González Holguín también compuso una gramática sobre la lengua quechua, con el título de Gramática y arte nueua de la lengua general de todo el Perú, llamada lengua Qquichua, o lengua del Inca […], que fue impresa en Lima en 1607.
La BVFE contiene las primeras ediciones de la Gramática y arte nueua de la lengua general de todo el Perú, llamada lengua Qquichua, o lengua del Inca […] (1607) y del Vocabulario de la lengua general de todo el Peru llamada lengua Qquichua, o del Inca […] (1608). Asimismo, se pueden consultar varios ejemplares de la edición de la Gramática publicada en Génova en 1842, así como la edición de ambas obras a cargo de Juan G. N. Lobato e impresa en Lima en 1900.
Su influjo no flaquearía con el transcurso de los siglos: todavía a mediados del siglo XVIII, se puede rastrear la obra de Nebrija en artes como la de Cortés y Zedeño y Zambrano Bonilla. Ambos declaran abiertamente —ya en el título, ya en el cuerpo de la obra— haber seguido a Nebrija en la redacción de sus artes. Dadas las notables diferencias entre el español (y el latín) y las lenguas amerindias, la doctrina nebrisense no se aplica uniformemente, si bien se observan innegables paralelismos que revelan su deuda con la labor del andaluz.
El Arte de la lengua totonaca de Zambrano Bonilla, cuyo objetivo era enseñar la lengua totonaca a los hispanohablantes, presenta la misma estructura que las Introductiones de Nebrija, en especial la de reediciones de siglos posteriores ya traducidas al español. Las notas y advertencias sobre la lengua van acompañadas de numerosos ejemplos, así como de listas de palabras en totonaco con su correspondiente traducción al español. La BVFE dispone de tres ejemplares de la edición de 1752.
El Arte, vocabulario y confessionario en el idioma mexicano, como se usa en el Obispado de Guadalaxara (1765) de Cortés y Zedeño, por su parte, cuenta entre sus fuentes tanto con la obra gramatical como con el Vocabulario de Nebrija, ya que no solo describe las particularidades del dialecto del náhuatl hablado en la periferia occidental mexicana, sino que también incluye un vocabulario de 3521 entradas que revela el resultado del contacto de esa variante del nahua con el castellano. La obra de Cortés y Zedeño pretende dar a conocer las diferencias dialectales del náhuatl hablado en la región occidental, que había recibido muy poca atención hasta el momento, con el propósito de contribuir a la tarea evangelizadora en esa zona. Se reimprimió en 1924, y en 1967 se realizó una edición facsimilar. En la BVFE se puede consultar un ejemplar de la edición de 1765.
El magisterio de Nebrija está presente igualmente en las obras que codificaban la lenguas de otros continentes a los que se desplazaron los misioneros, si bien estos adaptaron y reelaboraron los modelos precedentes para ajustarlos a las características de las lenguas que describían. De nuevo, la impronta nebrisense no solo se refleja en los contenidos y la estructura de estos materiales, sino que en ocasiones queda patente de forma explícita en los títulos de las obras. Así ocurre, por ejemplo, en los textos compuestos por el franciscano Melchor Oyanguren de Santa Inés (1688-1747). Este misionero, que llevó a cabo su labor evangelizadora en Filipinas, elaboró un Arte de la lengua japona, dividido en quatro libros según el arte de Nebrixa […], publicado en México en 1738. Oyanguren también confeccionó una gramática de la lengua tagala, con el título de Tagalysmo elucidado, y reducido (en lo possible) a la latinidad de Nebrija […], impresa igualmente en México, en el año 1742. La influencia de la gramática latina de Nebrija es clara en ambas obras, tanto en la estructura como en la terminología utilizada, aunque se observa asimismo la huella de las gramáticas tagalas anteriores, junto con las aportaciones propias del autor.
La BVFE contiene dos ejemplares del Tagalysmo elucidado, y reducido (en lo possible) a la latinidad de Nebrija […] (1742) y uno del Arte de la lengua japona, dividido en quatro libros según el arte de Nebrixa (1738).
Referencias y recursos
Nebrija y la lexicografía europea
Vocabulario de las lenguas toscana y castellana, Cristóbal de las Casas, Sevilla, 1570
El Vocabulario de las lenguas toscana y castellana de Cristóbal de las Casas se publicó por primera vez en Sevilla, en 1570. No hay que olvidar los continuos contactos entre las lenguas española e italiana en la centuria de la publicación de la obra, que alcanzará al siglo posterior. En Venecia había aparecido anteriormente una versión, adaptada al siciliano, de las catalogaciones de Nebrija, realizada por el también sevillano Lucio Cristóbal de Escobar, pero a Cristóbal de las Casas le debemos un repertorio bidireccional, muy estudiado, que conoció quince ediciones (doce de ellas en Italia) de mayor originalidad. El autor se marcó dos objetivos con esta obra: acercar a los hablantes españoles la riqueza de la lengua italiana y ayudar al aprendizaje del español a los italianos. A tenor del número de ediciones que vieron la luz en Venecia, no hay duda de que consiguió este último propósito, no tanto el primero.
La huella nebrisense resulta evidente, pues su fuente principal es el Vocabulario (¿1495?), para la parte castellano-toscano (que es la segunda del repertorio), de la que elimina las voces innecesarias para establecer el contraste entre las dos lenguas, sin olvidar las unidades desfasadas o los nombres propios. Por otro lado, incluye un tercio de entradas no recogidas en la obra de la que parte, lo que demuestra que estamos ante un inventario elaborado en función de las necesidades de los lectores a los que va destinado. El autor, con un conocimiento profundo del italiano y sus variedades dialectales, sentó las bases para la lexicografía bilingüe posterior, como se demuestra en la obra de Franciosini, en la que también está muy presente la huella de Nebrija.
La BVFE contiene ejemplares de las ediciones de Sevilla (Alonso Escrivano, 1570; Andrea Pescion 1583) y Venecia (Damián Zenaro, 1576, 1582, 1587, 1591, 1597; Olivier Alberti, 1600; Guerra fratelli, 1604; Matteo Valentino, 1608; Marc'Antonio Zaltieri, 1613; Giovanni Antonio Giulani, 1618; Pedro Miloco, 1622).
Diccionario muy copioso de la lengua española y francesa, Jean Pallet, París, 1604
El Diccionario muy copioso de la lengua española y francesa de Jean Pallet, publicado en París, en 1604, se trata de un diccionario bilingüe bidireccional, en una época en la que el interés por el español en tierras galas estaba en auge, de ahí la publicación de gramáticas que centradas en el aprendizaje de la lengua hispana. La primera parte es un repertorio español-francés, mientras que la segunda es francés-español. Si en esta última se constata la influencia de Hornkens (autor del Recueil de dictionaires françois, espaignols et latins, de 1599, que también bebió de las fuentes nebrisenses), en la primera, al ser la lengua de entrada el español, acudió a otros antecedentes, fundamentalmente a Nebrija (Vocabulario español-latino) y a Cristóbal de las Casas (que, como bien es sabido, tuvo como modelo al lexicógrafo y gramático de Lebrija). Tampoco hay que olvidar las reminiscencias de los catálogos de Percyvall y Minsheu.
Hay quien ha señalado que la influencia nebrisense en la catalogación de Pallet es indirecta. Otros hablan de una similitud con el repertorio de de las Casas, pues coinciden hasta algunos añadidos. Sin embargo, existen opiniones que defienden la consulta directa de Nebrija, ya que casi la mitad de las palabras de la letra A de la parte español-francés proceden del Vocabulario. En todo caso, incorporó algunas entradas de su cosecha, aunque no en abundancia. Sea como fuere, es indudable que la huella de Nebrija está presente una vez más en una obra bilingüe del español con una lengua europea.
Por último, cabe señalar que Pallet también fue referente posterior, incluso para un idioma muy alejado del suyo. Así el austriaco Nicholas Mez von Braidenbach se limitó a adaptar el repertorio del lexicógrafo francés (también el de César Oudin) en su Diccionario muy copioso de la lengua española y alemana, publicado en el año 1670.
La BVFE contiene ejemplares de las ediciones de París, Matthieu Guillemot, 1604; y de Bruselas, Roger Velpius, 1606.
Tesoro de las dos lenguas francesa y española, César Oudin, París, 1607
César Oudin fue traductor (a él le debemos la primera traslación al francés de la primera parte del Quijote), autor de una conocida gramática de la lengua española (Grammaire et observations de la langue espagnolle, 1597), paremiólogo y notable lexicógrafo. De hecho, se considera, con razón, que su diccionario (Tesoro de las dos lenguas francesa y española), publicado en París, en 1607, es la mayor aportación a la lexicografía hispanofrancesa del siglo XVII, pues se trata de uno de los primeros repertorios bidireccionales del español con el francés, de extensión considerable. Dejando a un lado, la parte francés-español, que sigue casi en su totalidad las aportaciones de Hornkens y Pallet, resulta más interesante la catalogación que contiene el español como lengua de entrada, ya que, junto con las citadas fuentes, recurrió a autoridades como Cristóbal de las Casas y, por supuesto, Antonio de Nebrija; e incorporó entradas de creación propia. En lo que se refiere a Nebrija, no solamente incluyó las voces del Vocabulario (¿1495?) recogidas por Pallet y Hornkens, sino que introdujo otras desechadas por estos autores, por lo que la influencia directa del humanista sevillano resulta evidente.
El diccionario de Oudin conoció numerosas ediciones, algunas en vida del autor y otras al cuidado de los impresores o de su hijo Antoine. En la segunda edición, Oudin introdujo un número considerable de entradas, así como ampliaciones en la microestructura y tiene en cuenta el Tesoro de las tres lenguas francesa, italiana y española de Vittori, aparecido en 1609 (son bien conocidos los plagios mutuos de estos dos lexicógrafos), así como el repertorio de Covarrubias (1611), e incluso el Vocabulario de germanía de Juan Hidalgo (1609). En las sucesivas ediciones las ampliaciones fueron considerables (en vida del autor apareció la tercera, en el año 1621.
La BVFE contiene ejemplares de las ediciones de París (Marc Orry,1607 y Viuda de Marc, 1616) y de las ediciones de Bruselas (Hubert Antoine, 1624 y 1625). Asimismo, contiene ejemplares catalogados en la base de datos bajo el nombre de su hijo, Antoine Oudin, de las ediciones de París (Antoine de Sommaville-Augustin Courbé y Nicolas y otros, 1645; Estienne Maucroy, Sebastien Martin y Augustin Courbé, las tres de 1660), de Bruselas (Jean Mommart, 1660), y de Lyon (Michel Mayer y I. Baut. Bourlier & Laur. Aubin, 1675).
Bibliotheca hispanica, Richard Percyvall, Londres, 1591
Aunque hay precedentes con algunos repertorios bilingües de poca extensión, el primer gran diccionario bilingüe español-inglés (estamos hablando de un inventario de alrededor de 12 000 entradas) se lo debemos a Richard Percyvall. Se trata de una catalogación monodireccional con equivalentes latinos incluida en su obra Bibliotheca Hispánica (1591), que contiene también una breve gramática, basada en las Reglas gramaticales para aprender la lengua española y francesa de Antonio del Corro (1686). Una de sus fuentes principales es el Vocabulario de Nebrija (¿1495?), algo que el propio autor reconoce, junto con el Vocabulario de las dos lenguas toscana y castellana de Cristóbal las Casas (1570), igualmente influenciado por el lexicógrafo y gramático de Lebrija. Asimismo, admite haber consultado un manuscrito inédito de Thomas D’Oylie, además de que dio a revisar su inventario a los españoles Pedro de Valdés y Vasco de Silva y Mendoza. En todo caso, el propio Percyvall introduce voces de Nebrija que Cristóbal de las Casas había desechado, por lo que la huella nebrisense es fundamental en el político, gramático y lexicógrafo inglés.
La importancia del repertorio Percyvall se percibe con claridad al ser la fuente principal, entre otras obras, del A Dictionarie in Spanish and English, de John Minsheu, publicado en Londres en 1599, que, además de enriquecer la parte español-inglés y eliminar las glosas latinas, añadió la correspondencia inglés-español, lo que dio lugar a la primera obra bidireccional que tiene en cuenta estas dos lenguas.
La BVFE contiene ejemplares de la edición de Londres, John Jackson for Richard Watkinse, 1591.
Referencias y recursos
Nebrija en los siglos XVIII y XIX, y versiones posteriores
Explicación del libro cuarto y quinto del Arte de Antonio de Nebrija, Julián Viana, Madrid, 1827
El siglo XIX fue testigo de la reedición de la Explicación del libro cuarto y quinto del Arte de Antonio de Nebrija. En 1667, Jerónimo Martín-Caro y Cejudo (1630-1712) dio a conocer su obra escrita en castellano en la que explicaba, con la mayor sencillez posible, los libros IV y V de la Gramática castellana (1492) de Elio Antonio de Nebrija (1441 o 1444-1522). Esta obra tuvo amplia difusión entre los latinistas manchegos del siglo XVII y otros impresores difundieron en el siglo XVIII la obra de Martín-Caro en Andalucía, Castilla y León, Madrid, Murcia, Navarra y Valencia. Entre ellos estuvo el librero, editor e impresor D. Manuel Martín, que publicó en 1766 esta obra de Martín-Caro, según se enseña en los estudios del Colegio Imperial de la Compañía de Jesús, como indicaba el subtítulo. Fue común en el siglo XVIII publicar versiones de la obra de Martín-Caro según se enseñaban en colegios de las distintas provincias de España.
Tras el fallecimiento del editor D. Martín en 1781 o 1782, se hizo cargo de la imprenta madrileña su sobrino, Julián Viana Razola (¿?-1836-¿?), quien en 1827 reimprime, notablemente simplificada, la Explicación del libro cuarto y quinto del Arte de Antonio de Nebrija. Así, se dio continuidad en el siglo XIX a la explicación de las partes de la gramática nebrisense correspondientes a la sintaxis y a la que puede considerarse como la primera gramática de español como lengua extranjera (ELE): «De las introduciones de la lengua castellana para los que de estraña lengua querrán deprender».
La BVFE contiene la edición del siglo XIX de Julián Viana Razola, además de las versiones del siglo XVIII para la enseñanza en el colegio de los jesuitas publicadas en Madrid por Francisco Sanz (1708), por la Imprenta de Lorenzo Mojados (1754) y por D. Manuel Martín (1766), todas ellas basadas en la obra original de Martín-Caro y Cejudo del siglo XVII (1667). La BVFE contiene también las reimpresiones que se hicieron de la obra original sin modificaciones (Pamplona, 1725; Valencia, 1728; Imprenta de don Ramor [sic] Euiz, Madrid, 1803; Imprenta de Roldán, Valladolid, 1819).
Referencias y recursos
Ediciones del siglo XIX de Explicación del libro cuarto y quinto del Arte de Antonio de Nebrija, de la Imprenta de Julián Viana
Ediciones del siglo XVIII de Explicación del libro cuarto y quinto del Arte de Antonio de Nebrija centradas en Madrid
Obra impresa por Francisco Sanza, Madrid, 1708
Obra de la Imprenta de Lorenzo Mojado, 1754, tomo 1
Obra de la Imprenta de Lorenzo Mojado, 1754, tomo 2
Obra de la Imprenta de D. Manuel Marín, Madrid, 1766
Obra original de Explicación del libro cuarto y quinto del Arte de Antonio de Nebrija del siglo XVII
Reimpresiones de la obra original Explicación del libro cuarto y quinto del Arte de Antonio de Nebrija de Martín-Caro
Obra de la Imprenta de Roldán, Valladolid, 1819
Obra de la Imprenta de don Ramor [sic] Euiz, Madrid, 1803, ejemplar 1
Obra de la Imprenta de don Ramor [sic] Euiz, Madrid, 1803, ejemplar 2
Berdoy de Alustante, Joaquín, O. F. M.,Nebrija redivivo. Arte elemental filosófico demostrativo de la lengua latina y española (en los principios más comunes a las dos). Ideado por el sistema de aquel y simplificado conforme al gusto del día, para uso de las escuelas de Gramática, Imprenta de D. M. de Burgos, Madrid, 1819
Nebrija redivivo, o el Arte elemental filosófico demostrativo de la lengua latina y española es una obra de enseñanza de las gramática castellana y latina que vio la luz en el siglo XIX. El teólogo y humanista español Joaquín Berdoy de Alustante (¿?-1819-¿?) la publicó en 1819 después de haberse documentado durante más de tres décadas. Como se indica en la portada, el manual del profesor franciscano bebió notablemente de las Introductiones latinae (1481) y de la Gramática castellana (1492) de Elio Antonio de Nebrija (1441 o 1444-1522), ya que está Ideado por el sistema de aquel y simplificado conforme al gusto del día.
En una evidente declaración de intenciones, Berdoy de Alustante inició el título de su obra nombrando a Nebrija, aunque también reconoció en su prólogo haber consultado los trabajos de otros 60 filólogos y de, al menos, 40 metodistas nacionales e internacionales. El resultado es una obra completa, dividida en cuatro partes: una muy breve dedicada a la ortografía, otra a la etimología —la más extensa—, una tercera centrada en la sintaxis, y la última y cuarta que ahonda en la prosodia.
La BVFE contiene las dos ediciones madrileñas: la primera, de 1819, publicada en la Imprenta de D. M. de Burgos, y la segunda, publicada en 1831 por la Imprenta de Repullés.
Referencias y recursos
Versiones y adaptaciones posteriores (siglos XVIII-XIX)
Los ejemplares que presentamos ahora muestran cómo la obra de Nebrija traspasó los siglos y dio lugar a numerosas reimpresiones.
Gramática castellana. Réproduction phototypique de l'édition princeps (1492), publiée avec une préface par E. Walberg, Editor Max Niemeyer, Haller, 1909.
Tenemos esta edición de la primera edición de su Gramática, aparecida en 1909, en Alemania. Como aportación interesante frente a otras reproducciones, esta incluye un prólogo del editor, E. Walberg. En este Preliminar se presenta a Nebrija como “le véritable fondateur de la philologie espagnole” (p. III) e informa también de que su gramática es la primera románica escrita por un humanista (p. IV). El editor explica que el ejemplar que sirve de base a su edición es un ejemplar de la Biblioteca Colombina de Sevilla, que ha podido consultar directamente y hacer de ella los fototipos correspondientes. Añade que prácticamente no es necesario probar el interés de publicar una nueva edición, puesto que es una gramática “consulté ou imité par quesque tous les grammairiens espagnoles postérieurs” (p. IX). Considera que aún en la actualidad se pueden extraer muchos conocimientos de esta obra en métrica, morfología o fonética histórica.
Referencias y recursos
La BVFE contiene los siguientes ejemplares:
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