Juan José Martínez de Espinosa y Tacón fue un marino español del siglo XIX. Nació en Cartagena (Murcia), en 1792, en el seno de una familia que había servido en la armada española durante generaciones. Debido a sus antecedentes familiares, y tras presentar las pertinentes pruebas de hidalguía, ingresó en la marina en 1804, con 12 años, y allí recibió toda su formación. Participó en la campaña naval de 1805, aunque no llegó a acudir a la batalla de Trafalgar. Tras la invasión napoleónica de España, luchó contra los franceses en diferentes puntos del litoral peninsular y balear. Al término de la contienda marchó a ultramar. Tras una estancia en las Filipinas, se aposentó en La Habana, desde donde combatió a los insurrectos mexicanos. En 1827 regresó a la Península y, ya como oficial de alta graduación, se dedicó a diferentes tareas eruditas en el observatorio astronómico de San Fernando (Cádiz). Fue el primer director de la academia naval inaugurada en esa población gaditana en 1845; puesto que ocupó por espacio de dos años. El resto de su vida lo pasó en Madrid como vocal en el Almirantazgo y, desde la distancia, ejerció como comandante general del departamento marítimo de El Ferrol. Simultáneamente, produjo una gran cantidad de estudios sobre temas profesionales. Martínez de Espinosa recibió un sinfín de condecoraciones, entre las que destacan las grandes cruces de Carlos III, de San Hermenegildo, de Isabel la Católica y de San Fernando. Nuestro protagonista falleció en Madrid en 1875.
El trabajo lexicográfico de este autor se redujo a la composición de su Diccionario marino inglés-español para uso del Colegio Naval (1849), un manual destinado a los alumnos del colegio de San Fernando, que él dirigía durante aquellos años. Este repertorio contiene una nomenclatura unidireccional, que en el tomo 1 es español-inglés y en el tomo 2, inglés-español. El propio autor consideró el primero de ellos solo como un mero vocabulario, pues, en su opinión, poco podían enseñar los españoles a los ingleses. Las lexías en él recogidas provenían de su experiencia en las prácticas navales. Sin embargo, el segundo de los tomos sí que es considerado por su autor como un diccionario propiamente dicho (de hecho, es en él donde se incluye el prólogo de la obra) y para su composición el cartagenero consultó una gran cantidad de repertorios ingleses que trataban de la materia. Así las cosas, el léxico compendiado en uno y otro guarda solo pequeñas semejanzas; además, el espíritu de la obra evidencia la admiración que el mundo náutico británico despertaba en Martínez de Espinosa.