Alberto de Jesús Membreño Márquez fue un jurista, diplomático, político, escritor y lexicógrafo aficionado hondureño, activo durante los decenios finales del siglo XIX y los primeros del XX. Además, fue presidente de la república de Honduras entre el 28 de julio de 1915 y el 1 de febrero de 1916. Nuestro autor nació en 1859 en la capital hondureña, Tegucigalpa, en el seno de una acomodada y bien relacionada familia criolla. Membreño cursó sus estudios primarios y secundarios en las más prestigiosas instituciones tegucigalpenses, y se licenció en Derecho (1880) en la Universidad de Honduras. Culminados sus estudios, comenzó el desempeño de su profesión como abogado y, tras una breve estancia en España (1883) como diplomático, se inició en el mundo de la política en las filas del principal partido conservador hondureño, en el que militó toda su vida y que le permitió ostentar distintos cargos de responsabilidad: diputado, alcalde de la capital, secretario de estado, ministro de diversas carteras, rector de la universidad donde se formó y, finalmente, presidente de su país. En 1919, apenas dos años antes de su muerte, Membreño, candidato a la presidencia de la república, fue traicionado por su partido y por el presidente saliente, Francisco Bertrand Barahona (1866-1926), quien pretendía subrepticiamente perpetuar a su familia en el poder. El golpe de mano de Bertrand provocó el estallido de la Primera Guerra Civil de Honduras (1920), por la que Membreño tuvo que exiliarse en la vecina Guatemala durante unos cuantos meses. Al poco tiempo de regresar a Honduras, en 1921, moría, rodeado del respecto y una intacta autoridad moral otorgada por sus conciudadanos.
Los trabajos filológicos de Alberto Membreño responden, más que a su formación, a la inclinación natural que siempre mostró por las letras y las humanidades. El quehacer lexicográfico de este autor cristalizó en 1895 en la obra Hondureñismos. Vocabulario de los provincialismos de Honduras, repertorio compuesto por 1263 entradas, más un suplemento con 67, elaborado por un colaborador suyo. La fuente fundamental de esta obra fue el texto Botica del pueblo (s. n., Comayagua, 1867), del médico y político salvadoreño Francisco Cruz Castro (1820-1895), estudio que recogía numerosas voces y expresiones populares centroamericanas. Dos años más tarde, en 1897, Membreño llevó a las prensas una segunda edición corregida y aumentada (Tipografía Nacional, Tegucigalpa) de su obra. En 1912 se editó en la Ciudad de México la tercera edición del diccionario, supervisada por su autor, y en la que incluyó la información contenida en otro de sus trabajos, Aztequismos de Honduras, repertorio de 205 entradas. El texto resultante volvió a reeditarse –cuarta edición– en 1963 (Müller, Ciudad de México) y, casi 20 años después, se imprimió la quinta edición de nuevo en Honduras (Editorial Guaymuras, Tegucigalpa, 1982).