Octavio Méndez Pereira nació en Aguadulce (provincia de Coclé, Panamá) en 1887 y falleció en la ciudad de Panamá (Panamá) en 1954. En 1907 obtuvo el título de Maestro por la Escuela Normal de Varones. Continuó su formación en Chile, donde estudió docencia, derecho, comercio y artes y, en 1922, se graduó como Profesor de Estado, con especialización en castellano, en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Durante su etapa universitaria chilena colaboró en varias revistas, como Mercurio y El Diario Ilustrado, además de fundar la Revista Andina.
Cuando regresó a Panamá, pasó a formar parte del claustro de profesores del Instituto Nacional, del que, posteriormente, fue rector. Durante el desempeño de este cargo fue uno de los fundadores de la Academia Panameña de Historia (1921), de la que también sería director. Menéndez Pereira estuvo muy implicado con la labor docente y con el perfeccionamiento de las tareas de enseñanza aprendizaje, por lo que dirigió y fundó varias revistas (Revista de Instrucción Pública, Estudios: órgano del Instituto Nacional) y organizó asambleas pedagógicas que sirvieron como plataformas de intercambio de experiencias docentes. Asimismo, en el terreno educativo fue Ministro de Instrucción Pública entre 1923 y 1927. Durante su ministerio, en 1926, cofundó la Academia Panameña de la Lengua, con la aprobación de la Real Academia Española. Posteriormente, fue uno de los cofundadores de la Universidad de Panamá y, desde 1935 hasta su muerte en 1954, ocupó el cargo de primer rector de la institución. Además, luchó por el reconocimiento de su autonomía administrativa y académica y vio erigirse la Ciudad Universitaria que, actualmente, lleva su nombre y es conocida popularmente como el Campus Central de la Universidad de Panamá. Otros ámbitos destacables de su labor docente y de su interés por la pedagogía fueron la fundación de bibliotecas y escuelas en diversas regiones del país, además de la creación de la Ley Orgánica de Educación, y del establecimiento del Día del Libro y del Día del Maestro, junto con la creación de un Fondo de Ayuda al educador.
Méndez Pereira se dedicó también a labores diplomáticas: ejerció de Ministro Plenipotenciario de Panamá en Gran Bretaña, Francia y Chile, y fue representante de Panamá en la Sociedad de Naciones y en la primera Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas en 1946.
Fue uno de los hispanoamericanos más eminentes que apreciaron a Miguel de Cervantes, incluso trasladó una estatua del autor desde su emplazamiento original hasta el campus de la Universidad de Panamá que fundó. También se le considera difusor de obras de Sor Juana Inés de la Cruz, Rubén Darío, José Martí y Víctor Hugo. Dentro de su propia obra literaria destacan obras como Parnaso Panameño (Panamá, 1916), Vasco Núñez de Balboa o El tesoro del Dabaibe (Panamá, 1934) y Tierra firme (Panamá, 1940). De entre su producción de contenido pedagógico sobresalen: Historia de la Instrucción Pública en Panamá (1915), Historia de Ibero-América (1936), Misión de la Universidad y la Cultura (1953), La universidad y la crisis actual del espíritu (1954); así como las obras ensayísticas Los zapadores del canal (1922) y Panamá, país y nación de tránsito (1946).
Publicó una obra de contenido lingüístico, Ejercicios de lenguaje y gramática elemental (1921), en la que describió tipos de oraciones y sus estructuras sintácticas, normas ortográficas de puntuación y de acentuación, y morfología. Es un breve volumen de cien páginas que, además, contó con un apéndice con temas para descripciones, grabados, narraciones (en su mayoría, fábulas de Esopo), y modelos de cartas.