Ramón Menéndez Pidal fue un filólogo e historiador español nacido en La Coruña en 1869. Fue el iniciador de la Filología Hispánica, el creador de una importante escuela de investigadores y críticos, discípulo de Marcelino Menéndez Pelayo (1856-1912). En 1899 obtuvo la cátedra de Filología Románica de la Universidad de Madrid, que conservó hasta su jubilación. En 1893 lo había premiado la Real Academia Española por un trabajo sobre el Cantar de Mio Cid, obra que se convertiría en un constante en su labor investigadora, y en 1896 editó Los siete infantes de Lara. Poco después, en 1902, entró a formar parte de la Real Academia de la Lengua Española, donde un discurso sobre la obra El condenado por desconfiado de Tirso de Molina (1579-1648). Dos años después, en 1904, publicó el Manual elemental de gramática histórica española, que se convirtió en uno de sus libros más reeditados. En esta obra, Menéndez Pidal despliega sus vastos conocimientos paleográficos e inaugura, en España, un tipo de acercamiento a la historia del español. En 1912, entró en la Real Academia de la Historia y, dos años más tarde, creó la Revista de Filología Española. Gracias a esta revista y al Centro de Estudios Históricos, propició el nacimiento de una nueva generación de investigadores como Américo Castro (1885-1972) o Antonio García Solalinde (1892-1937). En 1926 vio la luz su obra Orígenes del español y en 1928 su antología poética Flor nueva de romances viejos. En 1939 dejó su puesto de director de la Real Academia, pero fue reelegido en 1947 y siguió en este cargo hasta su muerte, en 1968.
El Manual elemental de gramática histórica española, publicado en 1904, inaugura en España un tipo de acercamiento a la historia del español. Este manual estudia la fonética y la morfología históricas sin tratar la sintaxis y se ha ido puliendo y enriqueciendo en ediciones posteriores. En 1926 publicó Orígenes del español, obra que muchos investigadores han considerado de gran importancia debido a la radical renovación que introducía tanto del conocimiento del pasado lingüístico español como de la concepción misma de la vida del lenguaje.