Poseemos pocos datos biográficos de Manuel Melchor Núñez de Taboada, pese a la intensa actividad que desarrolló. Debía ser gallego de origen, nacido en 1775 en Bendoiro (Pontevedra). Profesó la orden de San Benito en Valladolid. Por sus ideas, era afrancesado, abandonó España y en 1803 se encontraba ya en Bayona (Francia), donde residió durante algunos años viviendo de lo que ganaba dando clases de español y haciendo traducciones (dominaba el francés y el inglés), como tantos otros emigrantes de la época. En 1805 logró la bula de secularización y colgó los hábitos. Después se trasladó a París donde creó un establecimiento de traducción que llevaba el nombre de Interpretation Générale et Traduction de toutes les langues, mortes et vivantes, lo cual hace constar en la portada de algunos de sus libros con la fórmula de «Director de la interpretación de lenguas». En 1827 consiguió nacionalizarse francés, y al año siguiente volvió a España.No sabemos cuándo ni dónde murió, ni siquiera de manera aproximada, pues las reediciones que se hicieron de sus obras no quiere decir que tuviesen lugar en vida del autor, aunque en 1837 dio a la luz una traducción, la Lengua universal marítima, o Sistema completo de señales de día y de noche hechas por los medios más sencillos que se hallan ordinariamente a bordo de cualquier barco, utilísimo a los navegantes de todas las naciones del capitán de navío al servicio del monarca danés Levin-Joergen Rohde, que se publicó en Burdeos (Imprenta de Suwerinck) lo cual podría ser señal de que había vuelto a Francia.
Núñez de Taboada es autor la traducción de libros de diversa índole, de una colección de obras destinadas a la enseñanza de nuestra lengua a los franceses, pero también para los propios españoles, todas ellas publicadas en París, como consecuencia de su exilio. Entre las dirigidas a los españoles están su Gramática de la lengua castellana (1826), que no es sino una adaptación de la académica, y, sobre todo, el Diccionario de la lengua castellana publicado un año antes (1825). Entre las obras para la enseñanza de nuestra lengua, la más antigua de cuantas compuso, está el diccionario bilingüe de 1812 que tuvo más de veinte ediciones y reimpresiones a lo largo de tres cuartos de siglo, siendo, tal vez, el repertorio con las dos lenguas más vendido, al menos en la primera mitad de la centuria. Su fama fue tal, que el nombre de Núñez de Taboada fue empleado como reclamo publicitario en otros repertorios. Para la parte francés-español copió el diccionario (1805) de Antonio de Capmany (1742-1813), mientras que para la otra partió de la segunda edición (1803) del compuesto por el abad Claude-Marie Gattel (1743-1812). Su otro diccionario, el Nuevo diccionario portátil (1823) es de bolsillo, una reducción del anterior, con un abundante número de entradas, realizada por los propios editores. La obra lexicográfica de Núñez de Taboada fue utilizada como fuente y modelo por la Academia para la redacción del suyo. Compuso, igualmente, una gramática española para la enseñanza de la lengua a los franceses, así como una versión del Arte de hablar bien francés, la conocidísima obra de Pierre Nicolas Chantreau (1741-1808), que tantas ediciones tuvo, realizadas por diferentes adaptadores, para que los españoles aprendieran el francés. De carácter marcadamente más práctico es el Guide de la conversation ou vade-mecum du voyageur, multilingüe, concebido para facilitar el entendimiento de los hablantes de varias lenguas, y que fue reeditado en varias ocasiones, obra publicada antes y de la cual fue responsable de la revisión y corrección.