Ernesto Ángel Quesada Medina fue un abogado, diplomático, polígrafo y catedrático argentino perteneciente a la Generación de 1880. Nació en 1858 en el seno de una cultivada y burguesa familia porteña que siempre se preocupó porque nuestro autor recibiera una esmerada educación: entre 1872 y 1874 Ernesto se trasladó a Europa (Alemania e Inglaterra) para ampliar sus estudios y familiarizarse con lenguas extranjeras; a su vuelta, trabajó como auxiliar en la Biblioteca Nacional al tiempo que comenzaba a introducirse en diversos círculos de jóvenes intelectuales que, pasados los años, se convertirían en sus compañeros de Generación. En 1879 Quesada regresó a Europa para formarse en las Universidades de Berlín, Leipzig y París; de nuevo en Buenos Aires, consiguió la licenciatura en Derecho en 1882. Entre 1880 y 1884 fue profesor de Literaturas extranjeras en el Colegio Nacional de Buenos Aires; terminada esta etapa, comenzó su carrera diplomática trabajando en las legaciones de Río de Janeiro y Washington. A comienzos del decenio de 1890, Quesada se instaló de nuevo en la capital argentina y comenzó a desempeñar una serie de cargos políticos: intendente de la localidad de San Miguel (provincia de Buenos Aires) y concejal del cabildo capitalino; al mismo tiempo, cultivó su vertiente investigadora con estudios revisionistas sobre la turbulenta historia del país durante el siglo XIX: intentó rehabilitar la figura del controvertido gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel Rosas (1793-1877), a quien Quesada había llegado a conocer en persona durante su primer viaje a Europa, donde Rosas permanecía exiliado. En 1899 Quesada Medina comenzó su carrera en la magistratura, aunque solo por espacio de diez años: en 1903 ingresó en la Universidad de La Plata como profesor de Economía Política, en 1904 pasó a desempeñar la cátedra de Sociología en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires; finalmente, en 1918, le fue asignada una cátedra en la Facultad de Derecho. En 1910 fue uno de los fundadores de la Academia Argentina de Letras, correspondiente de la Real Academia Española. En 1921, acosado por una fuerte depresión, solicitó la jubilación y se marchó a Suiza para pasar los últimos años de su vida junto con su segunda esposa alemana. Falleció en 1934 en la ciudad de Spiez (cantón de Berna, Suiza).
Su interés filológico comenzó a desarrollarse en torno a 1890 con una serie de artículos sobre el devenir del español en el Río de la Plata que culminaron con la publicación de El problema del idioma nacional. Antes de marcharse a su retiro suizo llevó a las planchas una ampliación de ese primer trabajo, titulado La evolución del idioma nacional. En ambos textos defendió la unidad del idioma castellano en contra de las opiniones de Lucien Abeille (1859-1949) y su Idioma nacional de los argentinos (Librairie Émile Bouillon, París, 1900).