Antonio Ruiz de Montoya, criollo peruano, nació en Lima en 1585. Ingresó en la Compañía de Jesús con 24 años. Tras cursar el noviciado en el Colegio Máximo de San Pablo de Lima se trasladó, según unas fuentes, a Córdoba (Argentina) y, según otras, a Santiago de Chile, para cursar los estudios de Teología y Filosofía. En 1611 fue destinado a las reducciones paraguayas donde, entre 1622 y 1636, ocupó el superiorato de las misiones del Guayrá (hoy, en territorio brasileño) enfrentándose a los buscadores de esclavos que llegaban desde São Paulo, llamados bandeiristas, quienes consiguieron matar, capturar o dispersar a más de 60 000 guaraníes en pocos años. En 1637 fue nombrado procurador especial de la Provincia del Paraguay en Madrid, donde intentó lograr el apoyo real para frenar las incursiones contra sus misiones. Logrado el apoyo de Felipe IV (1605-1655) este lo remitió a Lima, y allí, después de arduas negociaciones, consiguió en 1646 el respaldo del virrey Pedro de Toledo y Leiva, marqués de Mancera (1585-1654). Cuando preparaba su regreso a las reducciones paraguayas, un asunto administrativo lo retuvo en la capital virreinal; sin haberlo resuelto, la muerte lo sorprendió en su ciudad natal en 1652. Su cuerpo fue transportado por una comitiva de indígenas guaraníes desde Lima hasta sus misiones, donde recibió sepultura y reconocimiento.
Destacó como lingüista y gran conocedor de la lengua guaraní, aprovechó su estancia en Madrid para publicar en 1640 su Arte y bocabulario de la lengua guaraní. La primera reedición de esta obra (s. n., S. María La Mayor –Paraguay–, 1724) fue dirigida por el también jesuita siciliano Paulo Restivo (1658-1740). Numerosas reediciones se sucedieron durante el s. XIX.