Tomás de San Jerónimo fue un religioso y lexicógrafo español, activo en Filipinas durante el siglo XVII. No son muchos los datos conocidos sobre nuestro autor. Se sabe con seguridad que vio la luz en una localidad del Reino de Toledo; actualmente se postulan las poblaciones de Tembleque o Los Yébenes, aunque no hay ningún dato determinante que permita apostar por una y desdeñar la otra. La fecha de su nacimiento también es un misterio, aunque –atendiendo a su fecha de ordenación, 1646– podría haberse producido en el decenio de 1620. Fray Tomás hizo su profesión religiosa en el Madrid cortesano de Felipe IV (1605-1665), antes de embarcarse rumbo a Filipinas, con estadía previa en la Nueva España. Tras su llegada a Manila, fue destinado al noreste de la isla de Mindanao, zona de habla bisayo-cebuana, donde permaneció por espacio de 25 años. En 1672 fue trasladado a las Bisayas centrales: habitó en diversas islas, como Romblón y Siargao. Tras 14 años, en 1686, fue traslado a un convento de la orden en Bagambuyán (hoy, uno de los distritos de Quezón City, al norte de Manila), donde falleció a los pocos meses.
Fray Tomás dejó abundante obra religiosa manuscrita; parte de esos escritos, editados, fueron viendo la luz en los siglos siguientes. Su trabajo lexicográfico se redujo a la composición de un Vocabulario de lengua cebuana, fechado genéricamente en 1686, y centrado en la variedad de Cagayán, en el centro-norte de la isla de Mindanao, área en la que residió más de 25 años. La transmisión de este texto ha sido muy complicada, y ha pasado por las manos de numerosos copistas y compiladores, por lo que no resulta fácil disociar qué parte es original de Tomás de San Jerónimo y qué parte son añadidos. No obstante, la investigación señala la existencia de un manuscrito autónomo (el fechado en 1686), pero no se señala el lugar de conservación. Sea como fuere, parece que este repertorio fue recogido en el siglo XVIII por otro agustino recoleto, el valenciano Anselmo de San Agustín (finales del s. XVII o comienzos del s. XVIII-1764), también asentado en Filipinas. Este realizó una versión manuscrita y dotó de índices a la obra de Fray Tomás. Se postula que el valenciano pudo realizar un arte de la lengua bisaya, en cuyo seno incluyó el diccionario de Tomás de San Jerónimo y el mencionado índice. Este manuscrito, o una copia de él ya del siglo XIX, es el que se conserva en la Biblioteca Nacional de España. El Vocabulario de la lengua cebuana de fray Tomás de San Jerónimo parece ser uno de los repertorios más antiguos conocidos sobre el cebuano, solo superado por los apuntes (1521) del descubridor y aventurero italiano Antonio Pigafetta (ca. 1480-1534), quien participó en la expedición (1519-1522) de Magallanes (1480-1521) y Elcano (1476-1526) y tomó algunas notas sobre esa lengua, que terminó incluyendo en su narración del periplo.