Tras el seudónimo de Alonso Sánchez de la Ballesta, tal como determinó la investigación en los años finales del siglo XX, se esconde la personalidad del padre Frómista (o Frómesta) de San Agustín. En alguna ocasión, la ambigua identidad de este autor se cruzó con la de Cristóbal de Fonseca, O. S. A. (1550-1621), fraile toledano y, desde 1607, provincial de su orden en Castilla, quien utilizó el seudónimo de Alfonso Sánchez (de Moratalla), un supuesto catedrático de griego y semíticas de la Universidad de Alcalá, en un apéndice de la Expostulatio Spongiae (s. n., Madrid, 1618), texto inserto en una famosa polémica literaria sobre la obra de Lope de Vega (1562-1735) que tuvo lugar a comienzos del siglo XVII. No fue esta la única hipótesis manejada sobre la identidad de nuestro autor: también se llegó a postular que detrás del supositicio de Sánchez de la Ballesta se encontraba un religioso ignaciano. Despejadas estas dudas, y reconocida la autoría del padre Frómista de Aguilar, poco más puede decirse de este desconocido humanista español del siglo XVI, aparte de que fue amigo del afamado Francisco Sánchez de las Brozas, El Brocense (1523-1600), y de su más que probable relación con el ambiente universitario salmantino de la época. Tampoco han podido determinar los estudiosos sus fechas de nacimiento y muerte, ni siquiera se han podido hacer aproximaciones, aunque se le presupone con vida en el año 1573, fecha en la que prologa un texto de su amigo Sánchez de las Brozas, que vio la luz en las prensas de Lyon.
El trabajo filológico que conservamos de Frómista de Aguilar está compendiado en su Dictionario de vocablos castellanos, texto editado una única vez (1587), quizá –aunque no ha podido confirmarse– póstumamente. Esta obra es un repertorio monodireccional español-latín, formado por 10 600 entradas (aunque el total de voces españolas diferentes registradas es menor, 4700), compuesto con finalidad pedagógica y destinado a las aulas universitarias. Su fuente principal es la obra lexicográfica del agustino italiano Ambrosio Calepino (1440-1510), y para las paremias, uno de los apartados más importantes de la obra, los trabajos de Hernán Núñez de Toledo, El Comendador Griego (1475-1553). Lo más destacado de la obra de Frómista, tal ha quedado apuntado, es la recopilación realizada de unidades pluriverbales (lexicalizadas o no), ordenadas de forma muy particular, colección que alcanza los 1500 ejemplos (de ellos, 354 son refranes), para cuya traducción recurre tanto a autores clásicos –Terencio o Cicerón– como a adagios erasmistas. El tratamiento que nuestro autor realizó de las unidades fraseológicas sirvió de guía para muchos diccionarios posteriores, tanto bilingües y plurilingües, como monolingües, entre ellos, el Vocabulario de refranes de Gonzalo Correas (1571-1631). Cabe indicar que fue este helenista el primero en desvelar la verdadera identidad de Sánchez de la Ballesta, acción realizada en el interior de la mencionada obra, concretamente en la explicación de la expresión Al fazer, ni kan.