José María Sbarbi y Osuna nació en Cádiz en 1834. Estudió en el Colegió de San Agustín dando muestras de su precocidad. Cuando terminó sus estudios enseñó lengua francesa y canto en el Seminario Conciliar. En 1857 se ordenó como presbítero y obtuvo por oposición la prebenda de organista y Maestro de Capilla de la Catedral de Badajoz. Desde allí pasó a la catedral de Sevilla en 1863, y, por oposición nuevamente, a la de Toledo (en 1868), de donde marchó a Madrid en 1871 para ser director de la capilla musical del Real Monasterio de la Encarnación. En enero de 1900 leyó su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando sobre ¿Qué es música? Murió en Madrid en 1910.
Sbarbi es autor de obras musicales, sobre Cervantes (Cervantes teólogo, 1870) y el Quijote, y otras. Colaboró con no pocos artículos del Diccionario enciclopédico hispano-americano (Barcelona, 1887-1898), y puso de relieve los errores lingüísticos de la novela Pepita Jiménez de Juan Valera, lo que le granjeó la enemistad de este, quien se opuso a su ingreso en la Real Academia Española, aunque ya los académicos estaban resentidos por sus críticas al diccionario de 1884. A nosotros nos interesa fundamentalmente por su dedicación a la paremiología, afición que tuvo desde muy temprano, pues en 1851 había compuesto un Diccionario de refranes, adagios y locuciones proverbiales con su exacta o más aproximada correspondencia en francés y viceversa, al que se refiere en la Monografía a la que me refiero seguidamente; este repertorio no llegó a ver la luz nunca. En 1862 do a la luz El buen Sancho de España [...] (1862), donde no figura su nombre, dedicado a la paremiología del campo. Desde 1882 había ido publicando en varias revistas no pocos refranes agrupados por temas. Para entonces, ya había sido premiada en 1871 por la Biblioteca Nacional su Monografía sobre los refranes adagios y proverbios castellanos, que tardaría veinte años en ver la luz. Su interés por Cervantes y los refranes se plasmaron en la Colección de refranes [...] (1893). En 1872 publicó El libro de los refranes en el que se contenían 1800 paremias, que sería reeditado en Méjico, ahora con el título de Diccionario alfabético de los refranes castellanos (1884). No tardaría un año en dar a la imprenta una nueva obra paremiológica, el Florilegio o ramillete alfabético de refranes [...] (1873), en el que se recogen refranes que no están en el diccionario académico, como tampoco lo estaba una buena porción de los incluidos en su libro anterior. Y un año después comenzaría a publicarse El refranero general español, en 10 volúmenes aparecido entre 1874 y 1878, en el que se editan las principales obras de nuestra historia literaria en que se da cuenta de manera primordial o muy importante de los refranes, así como algún trabajo propio. El interés que tenía Sbarbi por el refranero (lo que le granjeó el sobrenombre de El padre de los refranes) se manifiesta con mayor o menor intensidad en todas sus obras, y que no era otro que mostrar que pese a tratarse de creaciones de indudable carácter popular habían pasado a nuestra literatura, a formar parte de la lengua culta. Por otro lado, en las palabras preliminares intenta hacer una clasificación de los conceptos de dicho, refrán, proverbio y adagio. Sin embargo, la obra más importante de Sbarbi en este dominio quedó manuscrita, y solamente vio la luz de forma póstuma. Es el Diccionario de refranes, adagios, proverbios, modismos, locuciones y frases proverbiales de la lengua española (1922), de cuya edición se encargó Manuel José García, sobrino del autor y profesor de lengua y literatura españolas. Con él pretendía hacer un repertorio de refranes, muchos de ellos publicados en sus otras obras, especialmente en el Florilego, ordenándolos de manera temática, pero su editor prefirió ponerlos por orden alfabético –aunque agrupando los de mayor afinidad, e incluyendo remisiones a otros–, pues no disponía de los comentarios de Sbarbi para enlazarlos. Tuvo esta obra una segunda edición con el título de Gran diccionario de refranes de la lengua española (refranes, adagios, proverbios, modismos, locuciones y frases proverbiales recogidos y glosados por el autor) y algunos cambios en su interior (Joaquín Gil, Buenos Aires, 1943).