Pedro Serrano Laktaw fue un humanista, periodista, filólogo, tagalista y defensor de la independencia filipina nacido en Bulacán (provincia homónima, isla de Luzón) el año 1853 en el seno de una familia de intelectuales criollos, hijo de Rosalío Serrano (1802-1867), cuya obra se recoge en la BVFE. Aprendió las primeras letras y realizó los estudios secundarios en el Archipiélago siempre bajo la tutela de sus padres, quienes se preocuparon porque recibiera una educación esmerada, especialmente en lo que respecta a las disciplinas humanísticas. En 1877 culminó sus estudios en la Escuela Normal Superior de Maestros de Manila y se dedicó con gran empeño al ejercicio de su profesión en diversas localidades de la provincia de Pampanga (isla de Luzón); durante este tiempo unió su voz –por medio del periodismo– a la de otros intelectuales, como Marcelo H. del Pilar (1850-1896), en la denuncia de los abusos del clero en Filipinas y en defensa de la representación democrática de las Islas en las Cortes Españolas, derecho que sí poseían Cuba y Puerto Rico. En 1887 consiguió una beca para ampliar sus estudios en España: acudió a las Escuelas Normales de Salamanca y Madrid, siendo el primer alumno filipino en ambas instituciones; tras concluir sus estudios de posgrado había adquirido tanta fama que fue requerido como preceptor del príncipe de Asturias, futuro Alfonso XIII (1886-1941), en los primeros años de su vida. En 1889 se trasladó a Barcelona, donde coincidió con compatriotas exiliados de su misma ideología –incluido el mencionado Marcelo H. del Pilar– y entabló contactos con distintas logias masónicas asentadas en la capital catalana. En 1890 regresó a Manila con el encargo de establecer la masonería en el Archipiélago, motivo por el cual sufrió prisión hasta que en 1893 abjuró de sus ideales. Desencantado por la actitud de la metrópoli hacia Filipinas abrazó la causa independentista, que defendió desde tribunas periodísticas; mantuvo esta misma ideología durante la ocupación estadounidense posterior a 1898 siendo uno de los mayores censores de esa realidad. Falleció en 1928 y fue enterrado en Mandaluyong, ciudad hoy inserta en el conurbano de Manila.
Dentro de su obra filológica destaca su labor como lexicógrafo, disciplina a la que también se había dedicado su padre, y como gramático. Así, publicó en 1889 su Diccionario hispano-tagálog y la continuación de este, el Diccionario tagálog-hispano, en 1914, siendo de mucha menor difusión que el primero; posterior –y póstumamente– apareció una gramática de esa misma lengua, los Estudios gramaticales sobre la lengua tagálog. Estos dos estudios fueron considerados por el lingüista estadounidense Leonard Bloomfield (1887-1949) como los únicos tratados científicos válidos sobre la principal lengua del Archipiélago filipino. Además, Serrano Laktaw es considerado, junto con José Rizal (1861-1896) y Trinidad Hermenegildo José Pardo de Tavera (1857-1925), uno de los grandes reformadores de la ortografía tagala.