Nicolás María Serrano Díez, abogado, catedrático, escritor y diputado a Cortes, nació en Villarramiel (Palencia) en 1841. Tras cursar sus estudios en Valladolid, en Salamanca y en Madrid comienza su carrera laboral como abogado y como profesor de derecho en esta última ciudad.
Fue candidato carlista a Cortes por Palencia en 1869, pero no consiguió el escaño, lo que provocó que se alejara temporalmente de la política. Los años siguientes desempeña en Madrid el cargo de habilitado del clero, pero diferentes acusaciones sobre su gestión económica debieron provocar su marcha a Cuba. Allí ejerce como catedrático de Procedimiento y Derecho Público Eclesiástico en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, es concejal del Ayuntamiento de la capital y diputado del Partico de la Unión Constitucional por Jaruco. En 1894 se une al conservador Partido Reformista creado por el conde de Mortera y renueva su escaño, si bien renuncia a él cuando Cuba consigue en 1898 su independencia. Vuelve a Madrid, en donde fallece al año siguiente.
Aunque los intereses políticos y religiosos de Nicolás Serrano explican la temática de la mayor parte de su obra (Elementos de filosofía del derecho, 1872, La religión natural o el ídolo del racionalismo, 1870, Historia universal, 1874-1877, Anales de la Guerra Civil, 1875, Situación económica de la isla de Cuba al advenimiento del ministerio Cánovas en enero de 1884) o su participación en diferentes periódicos (La Paz de Cuba, El Criterio de la nación, La Correspondencia universal, La propaganda católica), tuvo tiempo también para afrontar la dirección del Diccionario universal, esto es, un diccionario enciclopédico que “abarca la exposición y sentido del saber humano” (prólogo, pág. VII) y que es la razón de su presencia en la BVFE.