Es poca la información que disponemos del Caballero de Serra-Oseti, ni tan siquiera sus fechas de nacimiento y muerte o su identidad real. A pesar de que su nombre figure en listas bibliográficas de distintas lenguas asociado a sus manuales de francés, italiano y español, en ellos únicamente aparecen indexados los títulos.
A nosotros nos interesa su Der kleine Spanier, oder die Kunst, die spanische Sprache ohne Lehrer, obra aparecida por vez primera en la ciudad de Dresde en 1843. Antes del prólogo, y a la vuelta de la hoja del título, figura una nota separada que dice textualmente «El Profesor de Serra enseña las lenguas española, francesa e italiana y también las literaturas de dichas lenguas». En efecto, publicó también un Elementar-Buch zur gründlichen und praktischen Erlernung der französischen Aussprache, für den ersten Unterricht in Schulen, so wie zum Selbstunterrichte schon Geübterer. Auf eine neue und sehr faßliche Weise bearbeitet nach den besten Grammatikern Frankreichs und besonders nach dem «Dicctionaire der Schwierigkeiten der französischen Sprache» von Laveaux (1840), y otro manual de italiano, Der kleine Italiener, oder die Kunst, die italienischer Sprache ohne Lehrer auf eine leichte und ganz neue Art in einiginen Tagen theoretich und praktisch zu erlernen, nebst einer Sammlung der in den italienischen Dichtern am häufigsten vorkommenden poetischen Ausdrücke (1838). Estos títulos tan descriptivos nos facilitan información sobre las obras, a saber, que el primero de ellos sigue el del Dictionnaire raisonné des difficultés grammaticales et littéraires de la langue française que publicó el lexicógrafo Jean-Charles Thibault de Laveaux (1749-1827) en 1818, y que el segundo incluye una compilación de las expresiones poéticas más frecuentes en la lengua italiana.
En cuanto a la obra que nos concierne, comienza el Caballero de Serra-Oseti el prefacio explicando que se sintió movido a escribir este manual tras constatar que los existentes hasta el momento no lograban cumplir el objetivo para el que presumiblemente fueron concebidos, ya sea por el empleo de «expresiones laberínticas» o por «monótonos ejercicios de ejemplo, que parecen diseñados para dormir al lector más que para enseñarle». Critica, por ejemplo, el Vollständige spanische Sprachlehre (1826), recogido en la BVFE, de Johann-Baptist Fromm (¿?-¿?) por no incluir ni un solo ejercicio y por carecer en su opinión de una sola frase española útil para aprender a leer en esta lengua. A estos volúmenes contrapone su texto, que, según explica, presenta las reglas del español de una forma correcta y concisa, con útiles ejercicios de gramática que se complementan en la segunda parte con más actividades sobre las otras partes del lenguaje, especialmente sobre los verbos auxiliares («Hilfszeitwörter»), los participios (habla del «participio posado» en particular). Cierra la obra un glosario de palabras y expresiones muy frecuentes en español organizadas en breves textos alemanes.