Son pocos los datos que tenemos de la vida de Jorge Shipton. Por su apellido, probablemente fuera de origen inglés, o descendiente de ingleses, asentado en Cádiz a comienzos del siglo XIX, como muchos otros ingleses, atraídos por el floreciente comercio de la ciudad. En esa ciudad fue profesor de inglés, y en ella publicó una gramática con la que enseñaría a sus alumnos.
En las palabras iniciales de su Gramática para enseñar la lengua inglesa, Shipton dice que aunque está llena de reglas como cualquier otra, no son difusas y el alumno podrá recordarlas con facilidad, para lo cual las acompaña de ejercicios con el fin de fijar su aprendizaje, lo cual no hace con la pronunciación, lo cual llevaría mucho tiempo debido a la complejidad de la lengua inglesa. No sigue el método tradicional de dividir la gramática en dos partes, la accidental y la sintaxis, sino separando las partes de la oración. El método se completa prestando atención al vocabulario, para lo cual incluye uno breve de carácter temático, una nomenclatura, así como unos diálogos familiares y unas frases de uso corriente en inglés y en español. Esta Gramática tuvo una segunda edición en 1812 (también publicada por Manuel Ximénez Carreño, Cádiz) en la que se introdujeron algunos cambios: el lugar de la gramática se retrasa y la nomenclatura aparece con título propio («Palabras en que conviene exercitar al discípulo»). En 1823 cambia su título por el de Gramática para aprender la lengua inglesa. Después se siguieron las ediciones, con algún cambio más. Así, al menos en la 5ª ed. (Manuel Bosch, Cádiz, 1826), si no fue antes, figura un «Vocabulario que sirve para la traducción del libro de Telémaco», monodireccional inglés-español, que aparece como Suplemento de la Gramática, con paginación independiente. La gramática de Shipton mereció elogios de William Casey (1797-1857), autor, a su vez, de otra gramática inglesa, el Intérprete anglo-hispano [...] (1821).