Juan Steffan, como aparece su nombre en la portada de la única obra suya que conocemos (y en el catálogo de la British Library), es un personaje de quien sabemos bien pocas cosas. Era de origen irlandés, afincado en Valencia como profesor de inglés, y actuaba como intérprete de lenguas de la Real Junta de Comercio y del Consulado de la ciudad. Era vicecónsul de Inglaterra también en Valencia.
Su Gramática inglesa, y castellana es uno de los primeros manuales publicados en España para que los españoles aprendieran inglés. No se trata de una gramática de las dos lenguas, sino de una del inglés escrita en español. Divide el contenido en diez partes que aparecen especificadas en la portada del libro: en primer lugar atiende a la pronunciación, lo que no siempre se ha hecho en estos manuales, después viene la relación de abreviaturas que más frecuentemente se emplean en inglés, a continuación habla de las partes del discurso, a lo que siguen la descripción de los nombres y pronombres, de los verbos, de las preposiciones, su régimen y sentidos, para pasar a la sintaxis, a lo que siguen unas observaciones sobre distintas partes de la oración, una colección de los principales idiotismos del inglés, con su traducción al español, y unos diálogos familiares en las dos lenguas. El método de Steffan no es nuevo, pues se apoya en las gramáticas existentes, desechando las más antiguas, simplificando los contenidos para que fuesen más fáciles de entender por parte de los alumnos, y así asimilados con mayor rapidez. Pero el hecho es que, en palabras de Martín Gamero, «es una traducción muy mal hecha y pésimamente adaptada a las necesidades de estudiantes españoles, de la gramática franco-inglesa de Boyer» (pág. 166).